Heroinas anónimas

6 respuestas
30/09/2009 15:45
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La última entrada de mi blog que quería compartir con todos vosotros:

Boltrok on holdem: Heroinas anónimas

Erase vez una chica de un país latinoamericano, profesora universitaria y con dos licenciaturas (Historia y Comunicación), una diplomatura en Magisterio y una maestría, que fue invitada por la Universidad “X” hace ya unos cuantos años a impartir clases en un intercambio de tres meses en la capital del mejor pueblo del mundo (junto a la aldea de Asterix y Obelix, por lo visto y a decir de los lugareños).

Esta joven, profesional con un prometedor futuro y un dulce presente, tuvo que demostrar su valía ante el escepticismo que el tribunal mostraba ante su juventud pero, tras superar estos trámites, consiguió su objetivo y vivió una de las experiencias más bonitas de su vida, quedando prendada de esas tierras y gentes.

En el transcurso de cinco fatídicos años, la vida le propinó dos directos y un crochet dejando en la cuneta a sus padres y a su hermano, y sola en la vida, decidió volver allí, donde tan feliz se había sentido, a cursar un doctorado y tratar de hacer borrón y cuenta nueva. En la maleta: sueños rotos, sueños aún por estrenar, unos pocos dólares y una determinación magullada pero a prueba de bombas.

Su proceso de maduración comenzó desde el primer día, cuando ciertas puertas de la universidad antes siempre abiertas, se le cerraron, en sentido literal, en las narices. Ya no era una invitada sino una estudiante y extranjera (advierta el lector poco detallista, el uso consciente de la conjunción “y”). Y es que, por lo visto, los extranjeros están muy bien para traerlos una temporada (si son niños saharauis o de una remota república del este nos hace aún mejor personas) pero cuando quieren vivir aquí se convierten en “algo molesto”.

Tocada en su línea de flotación pero con una fuerza que ni ella sabía de donde salía, fue sumando muescas en la culata de su corazón propinadas por una sociedad que iba a descubrir hostil, ignorante, clasista, racista y fascista.

A la par, el dinero se fue acabando, en parte por mantener un ritmo poco acorde a su nueva situación, en parte porque el dinero ahorrado durante toda su vida estaba bloqueado en un país que se constituía como república e iniciaba un revolución socio-capitalista impidiendo de esta manera, torpe e indiscriminada, la evasión de capitales del país, pagando los justos y los pecadores.

Así pues, su viaje interior tuvo por fuerza que hacer escala en lo mundano para llevarse algo a la boca y, este apeadero, la llevó a trabajar como empleada del hogar en varios sitios. La escuela de la vida le enseñó lo que es el acoso sexual primero, y la explotación laboral después, por parte de la “gente bien” de este país, comunidad o patio de mi casa que, según ellos, es particular.

Cuando esta “gente bien”, directivos de supermercados con label patrio, se aburrió de aprovecharse de ella, optaron por despedirla sin motivo (y sin abonar el último mes trabajado, cuatrocientos euros del ala por doscientas horas, no eran moco de pavo para nuestra heroína pero si un pastizal para el matrimonio de nuevos ricos, al parecer).

A estas alturas del viaje, nuestra protagonista, con un cada vez más mullido manto de cardenales en su alma, empezaba a tocar fondo ya que a su precario estado emocional por la perdida de toda su familia se sumaba el de la desilusión metódica por su prójimo.

Aún así, ella siempre se negó a solicitar ayudas sociales del tipo que fuesen ya que decía, con maldisimulada soberbia, que eso era “para los que lo necesitaban” y siguió limpiando culos a nuestros mayores y nuestros menores, mientras trataba de sacar adelante su doctorado.

No obstante, nuestra desarrollada sociedad acudió en su auxilio, cayendo rendida a las bondades del INEM (al que se presentó tras el ruego de los pocos y preocupados allegados que tenía) accediendo a un curso de cajera. No tuvo demasiados problemas intelectuales para aprobar el curso y, como sus compañeras nacionales torpedeaban sus propias entrevistas (las de ellas mismas, entiéndase bien) para poder seguir cobrando el paro y rascándose la entrepierna, ella consiguió un empleo en una fabulosa cadena de supermercados. Es allí donde pudo disfrutar de una explotación legal, contrato mediante ¡Como dios manda!

En su nuevo trabajo también le proporcionaron acceso preferente a la discriminación racial, pudo enfrentarse a la desvergüenza y al hurto metódico de señoras ”de toda la vida” que llegaban a esconderse pollos enteros en sus “pechugas” y paladeó la arrogancia de nuestros mayores (junto a los propios inmigrantes, clientes mayoritarios de esta cadena) que desde su semi-analfabetismo se permitían dudar de la cualificación de nuestra protagonista para dar los vueltos de caja o directamente recurrían al insulto cruel, despiadado y gratuito.

Nuestra heroína, jamás se jactó de tener una formación académica superior a la suma de tres generaciones del imbécil de turno aunque reconoce que no por falta de ganas. Tuvo el coraje de seguir luchando. Luchó para dejar ese trabajo y conseguir otro ( ETT mediante) y seguir ascendiendo en el escalafón de cadenas de supermercados extranjeras (un francés es un extranjero, los latinos son inmigrantes) que pueblan nuestro país.

[]...

Nuestra heroína aún sigue ahí, en la brecha, la veo día tras día, cada vez más fuerte y segura de si misma. Lo noto porque la conozco. Conozco su historia ,porque un día crucé esa línea que otros han dibujado por mí.

Ella confía en que el destino le haga un guiño después de tanto zarandearla. Dice que nada es eterno, nada es para siempre. Yo se que ella cree que las cosas buenas si que lo son.

Y a veces duda, duda de si volverse a su país donde tiene un trabajo de profesora universitaria esperándole y un buen sueldo (su país no es un país de mierda, que los hay, pero creo que aunque lo fuera seguiría sintiendo ganas de salir corriendo por momentos).

Duda, porque no entiende que la gente la mire por encima del hombro, que se vuelvan en la calle y cuchicheen.

Duda porque existe y porque es imposible no dudar aquí y hoy.

¿Por qué os cuento todo esto?

Porque, a veces, sobre el tapete también hay que poner cosas que van más allá de las cartas.

Porque, a veces, conviene pararse, escuchar y dejarse sorprender por quien crees que no tiene nada que decir.

Porque, a veces, hay historias que no se cuentan en la televisión, ni en la radio, ni en la prensa, quizás algún chalado se moleste en escribirlas pero…¿quién lee hoy en día?

Porque, a veces hay una vida diferente a la del coche, boda y piso con dos habitaciones, una azul para el niño y otra rosa para la niña.

Porque, a veces, me avergüenzo de vivir donde vivo.

Porque, a veces, me miro al espejo y no me gusta lo que veo.

Porque, muchos días, miro alrededor y no veo más que mierda.

30/09/2009 16:26
Re: Heroinas anónimas

muy triste boltrok pero muy cierto tantas veces...

congrats

30/09/2009 17:02
Re: Heroinas anónimas

Duro pero cierto,muy buen post boltrok.Felicidades

30/09/2009 17:14
Re: Heroinas anónimas

Esplendido boltrok.

"Porque, muchos días, miro alrededor y no veo más que mierda."

+1

30/09/2009 17:24
Re: Heroinas anónimas

Interesante Boltrok y muy de acuerdo con la mayoría de cosas. ¿No quieres un flog? :P

30/09/2009 18:56
Re: Heroinas anónimas

Muy buen relato. Por desgracia, el pan de cada día para millones de personas.

30/09/2009 23:26
Re: Heroinas anónimas

Muy, muy, muy bueno...

[="Red"]Porque, a veces hay una vida diferente a la del coche, boda y piso con dos habitaciones, una azul para el niño y otra rosa para la niña[/]

Esta frase me ha encantado..

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