Universo Microlímite

Comentario previo: Ruego sepáis disculpar, ante de empezar a leer, la "longitud" de este hilo que comienzo, los que me conocen saben de mi incurable verborrea :o. Gracias anticipadas si llegáis al final. Si decidís dejarlo a medias, aquí estará para ser leído "a plazos":D. Espero resulte útil. Gracias.





Es lugar común, cuando de microlímites hablamos, y no niego que con parte de razón, utilizar pretextos del tipo “es imposible jugar de manera coherente ante tanto maniaco” o “que ganas tengo de subir de nivel para empezar a obtener resultados en mi juego”, obviando, de esta manera, los principios que verdaderamente nos pueden hacer ganadores en los niveles bajos, como son la paciencia, el aprovechamiento de los fallos ajenos y la construcción de un bank consistente a partir del perfeccionamiento del juego propio.

El jugador medio de microlímite (léase nanolímites más propiamente), si bien no dispone, por esencia, de las horas de “rodaje” como para alcanzar a llegar a los parajes donde se mueven las especies más poderosas y con mayor desenvoltura, debe conocer al dedillo el espacio en que se mueve y mientras tanto, prestar mucha atención al universo que le rodea y a las formas de vida que se desarrollan, crecen, se transforman e incluso mueren a su alrededor.



Valgan las siguientes reflexiones, si así lo estimáis, como recopilación de instrucciones para los que me allí me acompañan o para aquellos que han decidido adentrarse en tan procelosas aguas. Que Dios os coja confesados.



¿CONOCEMOS REALMENTE EL PERFIL DEL JUGADOR MICROLIMITERO?



En cualquier batalla, si pretendemos alcanzar la victoria, debemos estudiar y conocer al rival con que nos enfrentamos, y nunca subestimarle. Existe una tendencia generalizada en los niveles micro de nuestro juego de menospreciar al oponente, convirtiéndole, sin reparo, en el culpable de nuestros males. Grosso error, porque dicha actitud nos está impidiendo vislumbrar cuáles son los errores de nuestro juego, creando una barrera mental que entorpece nuestra progresión.



Analicemos por un instante contra quién nos estamos enfrentando:



1.-El jugador medio de los niveles inferiores maneja banks de escasa cuantía, muchas veces la cuantía mínima que nos permite acceder al juego “real money” de cualquiera de las salas, la suficiente como para probar nuevas sensaciones jamás experimentadas.



Esto induce a dos comportamientos contrapuestos: uno insensato, el del jugador con ínfulas, que cree que su meteórica ascensión económica será coser y cantar y repite ingresos hasta la extenuación con un ansia incontrolada por “hacerse rico”, y otro escrupuloso, que manejará su pequeño bank de inicio con un sentido del orden y del control casi indestructibles.



Ambos perfiles son peligrosos para nosotros: ante el primer jugador, nuestros banks sufrirán seguros bandazos, bien “heridos” por su ímpetu ganador, que de puro descontrol nos llevará por delante más de una vez, bien por el empeño paralelo de “ponerle en su sitio” porque yo estimo que soy mejor jugador que él.



Ante el jugador conservador también sufriremos, porque chocaremos contra la máxima “voy a rentabilizar mi primer ingreso” y nos será muy difícil derribar su fortaleza, es decir, no obtendremos beneficio a corto plazo del enfrentamiento con ellos.



En definitiva, el concepto de “gestión del bank”, por exceso o por defecto, se ve claramente infringido en estos niveles, por desconocimiento, por desconsideración o porque se ve desplazado por otras necesidades. Nos toparemos con el atrevimiento en grado sumo o con el temor infranqueable, malos compañeros de viaje ambos.



2.- Las mesas de buy in mínimo están repletas, por mucho que hayan aumentado los medios a nuestro alcance para corregirlo, de jugadores totalmente inexpertos que ni tan siquiera dominan los rudimentos del juego que les ha llevado a las salas on line. Y eso es una bomba de relojería con dos cartas en su mano si de Holdem hablamos.



Muchos de los rivales que nos roban botes de manera desconsiderada o que practican el juego agresivo en cualquiera de las calles, ni siquiera conocen los fundamentos teóricos y estadísticos que hacen fructíferas tales acciones. Recordemos que estamos rodeados de jugadores que actúan por pura intuición, que explotan entusiastas las buenas manos o que luchan incansables por mejorar la que le cae en suerte, sin importar cuánto valga ser ganador en la mayor cantidad de manos posibles.



Es muy posible que nosotros sí conozcamos el porqué de una decisión tomada en detrimento de otra, qué conozcamos el rango de manos que debe ser jugable preflop, que sepamos “tirarnos” con manos atractivas pero…¿lo sabe de igual manera el villano de turno? Parecerá un sacrilegio, pero un poco de abstracción teórica en estos niveles nos pondrá, muchas veces, en condiciones más favorables, simplemente porque lucharemos en igualdad de condiciones.



El estudio constante es indispensable para llegar a ser un jugador consistente y avanzar de nivel, pero un “académico” del póquer sin capacidad de adaptación se verá engullido por el jugador medio de nanolímites. Improvisación y apertura de mente sí son dos cualidades ganadoras en microlímites.



3.-Los niveles más bajos poseen una característica diferenciadora respecto a niveles más altos: el tráfico de jugadores es masivo, exponencialmente muy superior a los niveles sólidos, entre otras cosas porque es la puerta de acceso casi indiscriminado a las mesas, puerta donde el control de entrada es escaso. Muchos de esos jugadores saldrán por la misma puerta y no volverán, pero afuera esperan colas interminables de ávidos opositores a jugador ganador.



El jugador de NL 100 puede enumerar, sin temor a equivocarse, las cualidades y defectos de sus compañeros habituales de mesa, porque son clubes con cierta exclusividad, donde la participación es más elitista, ganada a pulso y donde dependen de ese conocimiento para ser ganadores y aspirantes al nivel sucesivo. Pero en NL10, es probable que la nota que has puesto a un compañero de mesa no vuelva a ser encontrada en ninguna otra sesión y ese anonimato entre tal muchedumbre es sinónimo de falta de información útil.



En nuestros niveles, podemos catalogar, de manera muy genérica, dos bloques de jugadores: los transeúntes, es decir, aquellos que pasan por aquí por corto periodo de tiempo, bien porque su capacidad de juego les permite progresar en el escalafón con rapidez o, por el contrario, porque agotan su bank y sus deseos de juego de forma paralela.



Y los residentes, jugadores estos habituados a bregar en tales ambientes, aquellos que por su estricta rectitud o su nunca reconocida incapacidad, se obcecan en derribar el muro que le separa de los buy in más rentables. Peligrosa tipología esta última por cierto, porque acumulan en su interior esa suerte de “tilt” creciente que nace de la impotencia y el hastío.



Y en tierra de nadie hallaremos también en las mesas micro a los invitados de honor, jugadores que por azares de la tan nombrada y nunca comprendida varianza, se han visto obligados a reducir temporalmente sus expectativas, tomándose un descanso o imponiéndose un castigo ante batacazos inesperados en niveles superiores. Tiburones obligados a devorar en los campos de plancton para sustentarse, no es su sitio lógico, así que cuidado, los daños que provoquen pueden ser irreparables.



4.- Y finalmente quisiera destacar una característica que tiene que ver de manera directa con la efervescencia del póquer on line y con la multiplicidad de herramientas y referencias didácticas que están a disposición de todo aspirante a ganador.



Si bien sigue siendo cierta la afirmación de que aterrizan en microlímites infinidad de jugadores (o meritorios) que malgastan sus ingresos sin siquiera conocer las reglas de las diferentes modalidades (error flagrante que motiva la presencia permanente de ese tan deseado “dead money”), debemos sentarnos a nuestras mesas con la predisposición de que casi ningún jugador será un “mirlo blanco” a día de hoy y que no desplumaremos sin mayores esfuerzos a nadie.



Con esa conciencia, bien cierta además porque el sustento teórico del que disponemos es inabarcable, lograremos una limpieza mental que nos permita centrar las fuerzas en el juego, en la mesa, en cada mano.



Sentarse a esa mesa de NL5 pensando que nuestro bagaje teórico nos hará dominadores temibles de la misma, significa estar aislado de la realidad del Holdem on line, donde el villano está presto a responder en el duelo con similares armas, sino mejores. Y eso es un problema que ni la tan defendida “posición” será capaz de soslayar.