Trallero Reiser en el Güol Porkys Tur (parte II)
Al cabo de 2 horas estaba bastante aburrido porque no hacían más que parar el juego en cuanto apostaba y dar explicaciones. Y mi colega Fil estaba de morros conmigo por el accidente con las fichas y había dejado de hablarme. Ya le vale, ¡delicao! Yo que pensaba ponerme de Cheerleader nada más empezar con la escalera que le iba endiñar al abuelo, y la cosa era una rutina. Estaba claro que era un video de esos para enseñar a la gente y yo era la estrella: llegan cartas, apuesto, paran el juego, dan explicaciones a cámara de mi espléndido juego y me devuelven las fichas.
Por fín hicieron un descanso, pero la faena es que antes de poder levantarnos, llegaron unas chatis de un sitio que se llama Bodorrog y nos hicieron un baile, y entonces me entró sentimiento y se levantó la tienda de campaña y no pude ir al baño, porque me daba vergüenza que la gente me viera con el piloto en marcha, y tuve que hacer pis en el vaso de birra de mi colega Fil, pero no pasó nada porque nadie miraba y nadie se dio cuenta y me quede muy a gusto.
Bueno, en cuanto volvieron del descanso empezaron otra vez con la rutinita de las cartas, pero esta vez tuve suerte (la suerte de los campeones, esto ya os llegará cuando aprendais un poco más de mí), y me repartieron una pareja de ases. Je, je, je… OS-VAIS-A-CAGAR!!! Voy hacer eslouplei, que es una cosa de profesionales y que os enseñaré algún día, pero para que lo entendais por encima os diré que es dejar que el otro se confíe y apostar muuuuy lento.
El caso es que va pasando la ronda de apuestas, y mi colega el Fil, sube un poquito. Je, je, je… Ay Fil, Filipito… eres mi colega, pero te voy a machacar. Te voy a hacer el eslouplei, que en este mundo es una técnica solo lo sabemos hacer yo y tres monjes budistas. Respiré hondo cogiendo todo el aire que pude, y empecé con la técnica secreta:
TRALLERO: “JOOOOOOOOOooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo…”
Llevaba ya 3 minutos con el “…ooooooo…” y me estaba poniendo azul, pero aún me quedaba aire y estaba consiguiendo que todos se confiaran, me miraban con los ojos como platos y se habían olvidado por completo de las cartas. Fil estaba con la boca abierta mirándome alucinado. El público estaba en silencio. Los tipos de las cámaras habían dejado de filmar para mirarme. A Chana Jaiat se le cayó el tanga de la impresión y se partió dos piños porque al andar para mirarme se le enredó con los cables del suelo y se metió un ostión padre (¿os he dicho que Chana Jaiat me tiró los tejos?).
Conseguí mantener el “…ooooo…” unos 30 segundos más, qué fue cuando llegó la señal divina: con la técnica del eslouplei, cuando se te meten los gallumbos por el ojete del esfuerzo, quiere decir que has pasado de azul a morado, y que hay que rematar la jugada. Ahora el adversario ya está confiado y es el momento de atacar con la apuesta fuerte:
TRALLERO: “…ooooooooooliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinnnnnnnnnn!!!! ¡COÑO, FIL, NOOOOOOOOO!”
Pobre Fil. Como estaba con la boca seca, cogió el vaso de birra y se lo acabó de un trago. El vaso de birra que yo había usado durante el descanso. Primero no dijo nada, se quedó callado unos segundos que a mí me parecieron una eternidad, serio como no he visto a nadie en la vida. Luego empezó con una tos seca, como de niño chico, sin apenas abrir la boca: “Cof, cof, cof”. En seguida vino la fase de nauseas y arcadas. Ahora me siento un poco culpable, porque el único que sabía lo que pasaba era yo, pero ya le vale, quitarme protagonismo, ¡ahora le miraban todos a él! ¡Era mi gran jugada! ¡Miradme a mí, hombre!
Como era de esperar, después de la fase de arcadas, vino el vómito súbito. ¡Halaaaaa! Toooodas las fichas hechas un asco. ¡A ver quien te quiere ganar ahora, que tienes todas las fichas guarras y prefieren que te las quedes! ¡Ahora sé cómo ha sido que has ganado tantos brazaletes de las WCHOF esas! ¡Intimidando!
La cosa es que esto del vómito es como el dominó, si hay gente sensible, caen uno detrás de otro, toooooooooodos en el plató sacando papilla. El único decente y profesional, Toilet Brunson, que echó la pota dentro del sombrero para no manchar las fichas.
Después de aquello el campeonato de suspendió, y me dieron un sobre con 100 dólares en billetes pequeños y un vale para un bigmac. Fil Jelmu se desentendió por completo de mí, y eso que eramos casi hermanos de sangre (de sangre exactamente no, pero hubo intercambio de fluidos, al menos en un sentido) y tuve que buscarme la vida en Las Vegas.
Pero no os preocupeis, Trallero Reiser es un crack, y volvió a casa en Jet privado y forrado de pasta, supieron ver mi potencial. Pero eso es otra historia.