Trallero Reiser en el Güol Porkys Tur (parte I)

Hola a todos,





Viendo que ha levantado expectación (como no podía ser menos) mi breve historia de cómo empecé en el mundo del Poker, os voy a explicar mi primera andadura en los torneos, y para que veais que cuando hay madera de campeón, la gente lo aprecia, os diré que empecé nada más y nada menos con una mesa final del Güol Porkys Tur. Ya os explicaré en otra ocasión cómo conseguí la pasta para el viaje (el truco del rojo-negro que me explico mi colega Fil no funcionó) y el calvario que tuve que pasar para llegar hasta el casino (llegué 5 semanas más tarde).



El caso es que como os contaba llegué allí 5 semanas más tarde de lo previsto y mi colega, el Fil, que estaba de los nervios, no me dijo ni hola y me llevó a un camerino de esos que te arreglan antes de salir por la tele. ¡Era tan emocionante! Me pusieron una camiseta blanca que ponía “Sucker”. Yo les dije que era del Barça, que me pusieran una que dijera Estoikov, pero no me hicieron ni caso, y allí que me repeinaron y me pusieron maquillaje y hasta tuve que hacer pis en un botellín de agua porque se ve que no había tiempo para nada. Me hicieron que firmase un papel de no se qué derechos de imagen (ya veis, eh, chavales, como los profesionales, y habiendo jugao sólo 2 manos que con la miseria de siete dólares y pico que me pasaron los de PatyPoker y los dos badbís esos que me dieron, no pude jugar más), que era para jugar un torneo paralelo sólo para mujeres, como las corridas del Jesulín, el “Poker for damis”, o sea damis en inglés es damas, seguramente a mí me cogieron por mi sexapil. Lo mejor de todo es que jugaría directamente en la mesa final.



En fin, que me llevaron corriendo a una mesa que aquello parecía el juego de Simon de las luces que tenía. Me los presentaron a todos: al Mai Sesto (creo que es familia de Camilo Sesto, pero no hablaba español), al Vins Van Paté de Pato (era un chulo, no os fieis) y a la azafata, la Chana Jaiat, que estaba rato buena y me tiró los tejos (pero esa es otra historia).



Luego estaban los jugadores: mi colega Fil Jelmu, el Toilet Brunson (un jubilao que iba todo el rato con un sombrero vaquero), el Chony Chan (se ve que tiene un todo a 100 como los chinos de mi barrio, porque lleva el mismo estilo de camisa), el Howard Lerele (un tio taco de serio, pero sonrió al ver mi camiseta), el Gusanito Jansen (iba rapao al cero como los bakalas), el Fil Aivi (yo creo que era autista, porque tenia la mirada como ida) y el Daniel Nogranos (y es verdad, no tenía granos).



Total, que empiezan a filmar los de las cámaras, y un tio dice Chafelap-Andial (es buena suerte en inglés, para los que esteis empezando). Bueno, de entrada me reparten un 3 de corazones y un 5 de diamantes. Mmmmm… puedo hacer grandes cosas. El abuelo, el Toilet, hace una subida de apuestas y todos se retiran, y quedo yo, que soy la ciega doble (sí, ciega doble, bi-blind, a ver si aprendemos inglés). Entonces me digo: “A mí me la vas a dar, abuelo. Te voy a mandar a Benidorm de un plumazo. Vas a ver.”



Le igualo la apuesta y el repartidor pone las primeras tres cartas en medio de la mesa. As-As-Ka. El jubilao da un golpecito en la mesa que se ve que quiere decir que pasa. ¡Ja! ¡Ya te tengo abuelo! ¡Ya la has cagado! Un 2 y un 4 y te meto una escalera que te cagas. Te vas a cagar, abuelo. TE-VAS-A-CAGAR. Y todo esto, sin el poketrueque ni el pokermofli ese que usais los de Internet, que no haceis más que desvirtuar el juego.



En fin, que pego un grito: “JOLIIIIN”, hago como en las películas, y de dos manotazos empujo todas las fichas al medio de la mesa. Tuve la mala pata que con la emoción, también empujé las fichas de mi colega Fil, que lo tenía justo al lado, y pilló un rebote que no veas. Empezó a gritar y a chillar como un poseso. “Tranqui, tio, ¿somos colegas o no somos colegas?”. Se armó un follón del carajo, y pararon todo, y entonces el Lerele se puso delante de la cámara y empezó a dar explicaciones en inglés de la jugada, porque cogió las cartas del jubilao y las mias y empezó a hablar. Los muy cabrones no me habían explicado todas las reglas. Se ve que juegan con comodines, y el abuelo tenía un Bigsli, que se ve que es un comodín muy bueno y me ganaba, y yo me enfadé mucho y los de la cámara no hacían más que enfocar mi camiseta.





CONTINUARÁ (siempre que vosotros querais)