Poker en el Si! de Clarin

6 respuestas
11/09/2009 17:07
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En la revista que viene junto con el diario Clarin, ha salido un artículo de poker. Bastante naive y nada nuevo, pero es lindo de ver de vez en cuando este tipo de cosas.

¡Quiero re póker!

¡Quiero re póker!

En el país del truco, el juego de apuestas gana la mano. Una nueva generación de timberos que practican en Internet y compiten en torneos, donde ponen cara de póker... y ganan millones.

Por: [EMAIL="nartusi@clarin.com"]Nicolás Artusi, Enviado especial a Bariloche[/EMAIL]

[EMAIL="nartusi@clarin.com"]

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Nociones básicas del juego de moda.

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Leo Fernández tiene un as en la manga. Cuando todo parece perdido, el capitán del equipo argentino ("el Maradona del póker", se le dirá) conduce a los albicelestes a la final con Brasil: pero, en obvia analogía con el fútbol, paliza en 90 minutos. Ganamos, perdemos, ¿siempre perdemos?

Silencio en la sala. En el Hotel Panamericano de Bariloche, seis mesas reciben a los cuarenta y ocho jugadores, bien dispuestos en el ambiente alfombrado, abstemio e insonorizado que respeta la regla principal de todo casino: sin relojes ni ventanas. Es la final de la primera Copa América organizada por el sitio pokerstars.com y, ahí donde cada uno de los ocho equipos se vista con los colores de su Selección y use capuchas o anteojos negros para que no lo puedan semblantear, el jugador profesional se asumirá más como atleta vocacional que como timbero viejo ("es un deporte más mental que físico", se insistirá). Ni el putañero adicto al whisky ni el ludópata perdido en cualquier casino de Las Vegas: el perfil del nuevo pókerstar es el de un joven universitario matemático, como aquel de la película 21 Blackjack, que encuentra en las cartas una escalera al cielo. Después de quemarse las pestañas con números y algoritmos, una posibilidad de llegar al filón.

"Es cierto: soy economista y me dedico a estudiar la psicología del rival", confirma Angel Guillén, el campeón mexicano que, se rumorea, viene de ganar un millón de dólares en Las Vegas y se prepara con un profesor de matemáticas con el que estudia cálculos y probabilidades. ¿Reparten ganancias? "¡Jugar así es padrísimo!". Si una mística de la lucha libre azteca define los bandos entre "rudos" y "técnicos", acá también algunos juegan con el naipe entre los dientes y otros, con el manual de álgebra. "Siempre llevan ventaja las personas que han estudiado", coincide Humberto Brenes, un mito de las cartas en su natal Costa Rica que, como buen tiburón del Caribe, intimida sobre el paño verde con dos escualos de peluche.

En el bloque soft de las bolunotas, el noticiero de la tarde anuncia "en el país del truco, el póker es rey", y otro canal de noticias alarmista se regodea: "¡Alerta! ¡Lo juegan hasta en el recreo de los colegios!". Con sitios como el millonario pokerstars.com (sponsor oficial de la camiseta de River, repartió 25 mil millones de manos y ganó un récord en el libro Guinness con su marca de 200 mil jugadores en línea a la vez) y la trasnoche televisiva consagrada a las cartas (buscar en la grilla de Fox Sports, ESPN o el flamante Gambling TV: timba las 24 horas), el póker es el tercer espectáculo "deportivo" más visto por cable en los Estados Unidos, después del fútbol americano y las carreras automovilísticas del NASCAR. El jueguito tiene los atributos de fenómeno pop, frenesí mundial y contraseña generacional: se asume como pasaporte a la adultez, en la edad en que se valora poner cara de póker. Mientras Lady GaGa rompe rankings con su hit Poker Face y los jugadores se pasan horas en Timbaland (je), por primera vez un juego de mesa monta un sistema propio de celebridades, como el yanqui mítico Chris Moneymaker (¿una señal del destino? ¡Se jura que nació con ese apellido!) o el canadiense Daniel Negreanu, que lleva ganados 10 millones de dólares, fue recibido por Obama y aparece en fugaz cameo, carteándose con el mutante Gambito, en la película Wolverine. "El boom del póker acá recién está en punto de ebullición", dice Gastón Catzman, un star argentino, y previene: "En otros países hay megaestrellas. No te sorprenda que el año que viene alguno de nosotros protagonice un aviso de Axe". Y si en la Argentina existe algo parecido a una megaestrella, esa megaestrella es Leo Fernández.

Aunque lo llamen "Maradona", él más bien parece integrar una Legión Argentina de inspiración tenística, por cierta lasitud y afición a los placeres de la buena vida (sus amigos Mariano Zabaleta y Gastón Gaudio viajan a Bariloche para alentarlo). "De la Argentina, soy el que tiene más experiencia; sólo me falta ganar un Mundial", concede y adhiere al perfil del jugador cerebrito: "El conocimiento matemático es imprescindible, todo el tiempo hay que sacar cuentas", se ufana Leo, que es maestro en ajedrez y llegó a ubicarse entre los diez mejores jugadores del mundo de backgammon. Se niega a develar cuánto lleva ganado (el último premio que embolsó fue de 63 mil dólares), pero se insinúa millonario. Y si, con flow de tenista, extiende el garbo adolescente aun en los treinta, tiene todo para ser ídolo de quinceañeras. "El póker se volvió algo aspiracional", analiza Gastón Catzman: "Los pibes sueñan verse con la plata".

"Lo que sorprende es que los ganadores ahora sean tan pequeños", se asombra Nahuel Ponce, editor de la sección "Póker & Fantasía" de espndeportes.com: "En los Estados Unidos, ni siquiera los dejarían entrar al casino". Habla de Dominik Nitsche, nuestro modelo de tapa, un alemán de 18 años que ganó el Latin American Poker Tour en Mar del Plata, y se llevó una bolsa de 387.030 dólares. Desde la ciudad de Minden, en Westfalia, se clasificó por Internet, igual que el azteca Jorge Landazuri de los Ríos (19), que ahí ganó 211.030 verdes. "Gracias a la red, puedes aprender en seis meses lo que a mí me tomó toda una vida", se maravilla (¿o lamenta?) el veterano Humberto Brenes.

Ahí donde la danza de la fortuna favorezca a unos pocos, dejará a otros con los bolsillos flacos. En búsqueda de un golpe de suerte, el capitán colombiano Fabián Robayo Prieto encontró en las cartas francesas un consuelo para su quebranto económico: "Monté una empresa de porristas que fundió, y quedé debiendo mucho dinero.", se excusa. Una temporada en Nueva York, donde los amigos de su padre lo iniciaron en el juego, lo convenció de tentar a la suerte. Recién ahora está destiñendo el rojo de sus cuentas: "Pero en Colombia, el póker está muy mal visto, se cree que puede convertirse en un vicio", y propone: "Estaría bueno que el juego se separe de los casinos". Y entonces Leo Fernández le aconseja al principiante nunca jugar más dinero del que pueda perder y, si el destino le ha dado corazones desequilibrados, su palabra lo nivela y detiene su caer: "¿Mi principal consejo? Que jueguen al póker, pero que no dejen de estudiar. No todos tienen el don".

12/09/2009 01:53
Re: Poker en el Si! de Clarin

lo que me es bastante curioso es que la nota diga pokerstars.com y no .net.

Creí que por una cuestión legal tenía que figurar de la segunda manera.

IMO, aún la prensa argenta tiene una mirada muy naif sobre la disciplina. En un artículo de gatman en la nación se notaba la misma percepción que solamente conocen lo superficial. Moneymaker, Hellmuth, Negreanu, WSOP, y creo que más de ahí no salen.

buen aporte.

12/09/2009 03:20
Re: Poker en el Si! de Clarin

La opinión de Gantman es casi la misma que la mía, el poker no es un deporte y no debemos mentirnos más al respecto.

Para los que no conocen a Gantman, aquí les dejo su artículo:

La cara de póquer de Boris Becker



Aquella vez Boris Becker puso cara de póquer y prefirió no viajar a Buenos Aires para jugar la Copa Davis con el argumento de una lesión. Fue esa Davis de fines de marzo de 1990 de la que emergió Martin Jaite como héroe al ganarle el cuarto punto de la serie a Michael Stich para que luego Alberto Mancini clavara el 3 a 2. Casi veinte años más tarde, Boris Becker pone cara de poquer de verdad y jugará un torneo en Mar del Plata como embajador de PokerStars, una de las muchas empresas de juego de póquer online que hay en el mundo. Becker, tres veces campeón de Wimbledon, ganador de seis Grand Slam y ex número uno del mundo en tenis, siempre diversificó sus negocios una vez retirado del circuito. En este caso, este emprendimiento vinculado al poquer lo tiene como imagen y aficionado a la vez.





El póquer fue para muchos en su vida un juego de cartas con una carga simbólica fuerte. Algunos hemos visto en ese juego el eslabón del paso una vida tutelada por los mayores a la creencia de que ya eramos mayores. Una diversión de jóvenes ya independientes en sección trasnoche cuando antes nos mandaban a dormir. Si el truco era el juego de la playa, la quinta, el asado en familia y la pileta, en definitiva, el juego de cartas a la luz del día, el póquer representaba la fantasía de vivir en un mundo de adultos que se quedan hasta tarde y que jugaban por el valor de todo lo que se acumulaba en los bolsillos de los amigos. Por lo general, no mucho más que para pagar la pizza y las bebidas de la reunión.

El póquer que llega con Boris Becker pertenece a una época nueva. Sigue siendo ese juego de noctámbulos y apostadores profesionales, pero ha ganado la luz del día como uno de los fenòmenos globales más sorprendentes que haya abarcado internet. El póquer es un juego online con millones de participantes en el planeta que se reparten en miles de salas virtuales. Los mejores se "corporizan" y participan de torneos y giras que inclusive, lo habrán visto, tienen un espacio mediático destacado. En Estados Unidos hay por lo menos de cuatro canales exclusivos dedicados al póquer con todas las características propias de la cultura de nicho. La cadena española Antena 3 tiene su propio espacio y varias señales deportivas como Eurosport, ESPN y Fox Sports cuentan con contenidos específicos y patrocinios vinculados al póquer. Se trata de una moda que ya es más que eso y por ese motivo tiene otras pretensiones.

El poquer de los millones de jugadores online quiere ser visto como un deporte. Por eso recurre a figuras del mundo deportivo para conseguir esa "chapa". En esa intención apela a una serie de ejemplos equivalentes a los que definen a un deportista profesional: la mejora del rendimiento a partir de una buena preparación física ; abundante bibliografìa dedicada a como superarse en el armado de estrategias y evolución en el juego; ejercicios de concentración para adaptarse a largas partidas y el estudio de los rivales como parte del entrenamiento personal.

Pero el póquer no es un deporte. Con la fuerza de su marketing, de muy interesante estudio para entender como funciona hoy la industria del entretenimiento, busca instalar un lenguaje y hasta un estructura de competición similar a la de ciertos deportes individuales (predomina el Texas Holdem, una modalidad de rápida eliminación de los jugadores) que sin dudas lo convierte en un espectáculo atractivo para la dinámica televisiva. Se vende como deporte, se lo promociona como deporte, luce como deporte, pero no es deporte.

Tener una alimentación adecuada y buena calidad de vida es tan bueno para un jugador de poquer que tiene que pasar muchas horas sentado en una mesa como para un empleado contable que tiene que cerrar un balance. Googlear para conocer las fortalezas y debilidades de un adversario es algo atinado para un jugador de poquer como para un abogado litigante. Las técnicas de concentración son ideales para los jugadores de póquer y también para los estudiantes universitarios. Son rasgos y recursos que se comparan y coinciden pero que no alcanzan para darle la dimensión pretendida.

El deporte hace rato que aceptó el debate sobre si solamente las actividades que demandan esfuerzo físico pueden ser consideradas deporte. Las variantes del deporte motor y hasta el ajedrez son consideradas disciplinas deportivas como el tenis, el fútbol, el básquet o la que fuera. Nadie se atrevería a decir que dar una mano en una mudanza signifique hacer deporte aunque eso implique esfuerzo físico.

¿Qué diferencias tendría el póquer con el ajedrez como para poder ser considerado deporte? Especialmente, lo que caracteriza a los juegos de cartas: el azar. El azar, por definición, es algo casual, sin orden ni rumbo.El ajedrez no tiene un componente azaroso. Todo lo que se genera en las partidas es producto de la elaboración de los competidores. No hay azar sobre el tablero por una antojadiza distribución de caballos, alfiles y peones. Los juegos de cartas tienen en el azar, al menos, el encendido del motor que luego dará lugar a habilidades, estrategias y engaños. Es cierto que en ocasiones se habla de la presencia del azar o la suerte en el fútbol. La suerte es el encadenamientos de hechos casuales y fortuitos que pueden deparar un resultado adverso o favorable. Pero tampoco en el resto de los deportes la suerte tiene cabida. Todo lo que sucede es producto de la elaboración humana y quizás se pueda tener màs o menos fortuna con respecto a lo que hizo el rival, pero en todo caso será una lectura de lo que sucedió en el juego y no su consecuencia. Un tiro en el palo que no permite un gol sobre la hora de nuestro equipo será seguramente una situación desafortunada pero no habrá sido generada por el azar. Perdonen tanto racionalismo, pero era necesario.

No por esto el póquer deja de ser un juego extremadamente competitivo y que està cautivando al planeta. Vemos jugadores con caras de no haber hecho amigos desde la primaria, pero también mujeres con carreras universitarias, empleados, mecánicos, estudiantes. En fin, gente de a pie que se ilusiona con una vida de celebridad. El póquer requiere de muchas virtudes puestas en acciÓn al mismo tiempo: temple, habilidad, ingenio, estrategia, riesgo. Los sitios informativos relacionados con el póquer difunden con mucho entusiasmo un estudio hecho por un matemático holandès llamado Ben Van Der Genutgen que se acerca bastante a una definición sobre lo que el poquer puede ser. El matemático afirma que de acuerdo a una escala de valores establecidas de 0 a 4, el póquer, a diferencia de otros juegos de azar y casino tiene mas de habilidad que de azar. Sostiene que el azar es primordial para el juego pero que a medida que se lo conoce y se lo estudia, la posibilidad de bajar el margen azaroso de su práctica es claro. Es obvio que un jugador experto le ganará a un principiante en toda disciplina, pero no se trataría de eso sino de un dominio, una domesticación del azar a partir de la mejora del competidor. Queda para el debate.

Montado en sus estudios y con fines más finos, Van Der Genutgen hizo una presentación de su teoría a la Corte Suprema de su país para modificar las leyes y que el póquer quede al margen de la órbita de los Casinos, Según la legislación holandesa solamente los casinos con control estricto del Estado pueden explotar los llamados juegos de azar.



Boris Becker no vino aquella vez a los cuartos de final de la Copa Davis. Dejó pasar la mano. Al año siguiente, en 1991, no se privo de integrar el equipo alemán que derrotó a la Argentina en Berlin con un 5 a 0 tan duro como las rocas del muro que se vendían como recuerdos por las calles. Ahora viene y pone cara de póquer. Esta vez se justifica.

La cara de póquer de Boris Becker - lanacion.com

12/09/2009 04:15
Re: Poker en el Si! de Clarin

wowww, me siento como un aveztruz ahora.

el tema q yo discutía era cuando mencionaba que los mejores se corporizaban para ir a torneos y por eso me había quedado la nocion negativa del artículo

aunq tb para ese entoncces cuando lo leí yo discutía a favor del ajedrez como deporte.

lol , esto me hace acordar al dicho "es mejor mantener la boca cerrada y parecer estúpido, que abrirla y quitar toda duda de ello"

12/09/2009 04:17
Re: Poker en el Si! de Clarin

no entendí lo del dicho xD

pero con respecto a que los mejores se corporizan tienes razón

saludos!

12/09/2009 04:24
Re: Poker en el Si! de Clarin

ja, me refería a mi mismo que no postee apurado por postear.

El hecho de pensar dos veces las cosas antes de hablar.

12/09/2009 06:40
Re: Poker en el Si! de Clarin

Mi novia me guardó el diario solamente para darme la nota, diciéndome que estaba buena y que se la mostró a la hermana, contándole que juego, y a la vez al cuñado, blablabla...

Yo, esperanzado, agarro el diario y me pongo a leer, y para mi sorpresa la nota era una más de tantas, de esas que te dejan con ganas de haber leído algo más interesante, al menos algo que represente un 5% de lo que buscamos nosotros en el poker.

Me hizo acordar a esta nota insoportable que pasaron por la argentina, esa que citan al final:

(lejos, la mejor parte fue recordar esa escena de Rounders)

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