Foldtoyevsky - El jugador de poker
Me aburría esta noche que llegue a casa con alguna copa que otra y dije voy a escribir algo, les dejo el breve relato, lo hice en cuarenta minutos solo, no pidan mas :very_drunk:
Nací para ganar, siempre fui un perdedor, pero sabía que tenía un objetivo en esta vida, que lo lograría, y, de no ser así, el intento de serlo me llevaría a la muerte. No aceptaba ser como los demás, tenía que demostrarme que yo era un ganador, alguien que podía conseguir lo imposible, alguien superior, alguien a quien su ego no le dejaba ver el mundo que se extendía delante de la nariz. Ese ego, que cuando consigue los objetivos, no necesita la recompensa, solo el placer de haberlo conseguido, de saberse un Dios, de saber inmortal, capaz de jugar con el mundo a su antojo, incluyendo todo lo que este contiene.
El poker me daría esto, siempre lo supe, desde el principio, mi grafica durante los tres años que llevaba jugando mostraba un maravillosa línea roja que se extendía hasta los -50K. Estaba arruinado, vendí mi coche, mi casa y jugaba desde la wifi de un bar, cual robaba en una esquina mientras mendigaba, con mis dos únicos tesoros, mi portátil, y una cuenta de pokerstars. Así pasaron días… semanas… perdía todo, mi grafica ya iba por los -70 K, cosa que no me importaba, yo me creía superior, yo jugaba bien, yo me sabia superior a los demás y algún día les demostraría a todos y sobre todo a mi mismo que la fe en uno mismo es la clave para conseguir un sueño. Sin sexo durante meses, sin apenas un currusco de pan que llevarme a la boca, y 50K de bank por delante, lo que quedaba de la venta de mi casa. Jamás, hubiera sacado un euro de la cuenta para comida, eso jamás, ese dinero era para algo mucho más importante, conseguir mi sueño, mi objetivo.
El 13 de agosto, un domingo, mientras pasaba frio en las dos cajas de cartón que me acurrucaban, gane el Sunday Million por 250.000$, asi como 50k mas entre otros torneos del mismo día, la cosa pintaba bien. Jamás me conforme, me permití el lujo de sacar 5.000 euros para pagarme comida y alquiler, renunciando a parte de mi sueño, y me compre un paquete valorado en 15.000 $ para jugar las WSOP. Mi sueño había empezado…
Como ya dije era ganador, me daba igual perder que ganar yo tenía que hacer lo que sabía hacer, sabía que era el amo, que en las WSOP arrodillaría a la gente ante mi juego, y de no ser así, me lo jugaría a cara o cruz si hiciera falta, porque soy el dios del universo, y todo me tiene que salir bien, y punto, sin matemáticas, sin ciencia, solo sabiendo que va a pasar me pasara. Quería demostrarme que lo imposible es posible.
Llegue a Las Vegas, tampoco me impresiono tanto, yo lo hubiera montado mejor con el dinero que han invertido allí, yo era el amo, yo hacía todo mejor que todos, y todos se arrodillarían ante mí. Entre en el venecian, pague la mejor suite y le di 10.000 extra al gerente con tres condiciones, que en la habitación siempre hubiera mujeres esperándome (mi época de mendigo me había dejado seco), que siempre hubiera del mejor champan, y que colgara un cartel en la puerta de la suit el cual dijera “El puto amo vive aquí, y tú te arrodillaras ante él”.
Y empezaron las WSOP, y la verdad me fue bastante sencillo hacer November Nine, entre cuarto de fichas en la mesa fina con u juego impecable, como un dios, todos me miraban como el novato que ni siquiera sabía lo que era la Fold Equity, pero me daba igual, ellos no sabían que yo era el dios de esa mesa y los iba a cocinar con patatas. Todo sigue su rumbo hasta que quedábamos dos jugadores en la mesa. Ahí ante mi sueño, ser campeón del mundo y llevarme 10 millones de dólares, con los cual seguiría jugando hasta el infinito, ahí sentado, frente a Phil Ivey, para cuya desdicha me repartieron AA en la mano clave del torneo. El tipo en botón me sube, yo le resubo, el tipo me mete 4bet, y como soy el amo no meto caja, hago call. El 40 por ciento de su stack se había metido al bote ya, poco más que él me quedaba a mí. Entonces el croupier saca su mano mágica y extiende las tres cartas del flop AA8. Checkeo , fácil check, el tipo se resta all-in, yo me reclino en la silla, respiro hondo, le miro a los ojos fijamente saboreando el momento, y tras dos minutos y medio pensando, vacilándole, jugando con el para que desde entonces supiera quién era papa, anuncio mi call, enseñándole AA y cabreándolo como pocas veces e visto cabreado a un jugador. Me miro con ira, me grito, ¡porque has tardado tanto en hacerme call ¡. Yo lo volví a mirar fijamente y lenta y suavemente le dije: “Porque soy el amo Phil, el puto amo”. Vino a golpearme la cara con su puño blando, pero rápido, le doble la mandíbula, no supe mas de él, supongo que se despertaría en el hospital… desde aquel momento se le conoce en las mesas como “Phil mandíbula rota Ivey”.
Me vanagloriaron, que me adularon, que me dijeron todo lo que uno querría oír, pero eso para mí no fue suficiente, yo quería mas, quería el infinito, quería el universo, nadie estaba tan jodidamente loco como yo, eso lo sabía. Cogí el micrófono para dar el discurso del ganador y dije “ Si alguien quiere jugarse 10 millones de dólares a cara o cruz contra mi aquí estoy panda de gusanos” La gente me miro entre la sorpresa y la locura, oí a un tipo decirle a otro “El tío los tiene bien puestos”. No me importaba volver a ser vagabundo, ya había tocado el cielo, no necesitaba mantenerme allí, solo saber que fui capaz de hacerlo.
Nadie quiso la apuesta, nadie estaba tan jodidamente loco como yo, así que anuncie, que jugaría un HU con ciegas Hyperturbo por 10 millones con el que quisiera, no pondría reglas ni excepciones. Pronto aparecieron algunos profesionales, pensaban que era malo, que ganarían fácil, pero no sabían que los tenia cuadrados, ahí estaba Isildur1 vino al día siguiente y anuncio que jugaría contra mí, la atención mediática del evento era increíble y todas Las Vegas estaba expectante de aquel HU.
Llegue a la mesa, allí estaba sentando esperándome, había llegado antes que yo, se levanto de la mesa y me tendió la mano, yo hice como que se la iba a dar pero en el último momento le hice una peineta. Lo mira a los ojos y le dije: “Pero tú no estabas arruinado pedazo de pobre, ¿quién te deja el dinero para jugar tu papa?” El tipo ya vio el ambiente hostil, se cayó, no dijo nada, y empezó el HU, ya lo tenía comido psicológicamente, para mi Isildur no era nadie, uno más del rebaño, el cual yo pastaba.
En la quinta mano que jugamos el tipo subió en el botón yo le 3betee con 72, estaba jugando muy agresivo, me sentía el amo, nadie podía ganarme, me 4beteo y rápidamente le puse allin con el 70% de su stack restante el tío foldeo. Le mire y le enseñe el 27 mientras le dije “Dile a papa que no te deje dinero solo para jugar, que te pague algún coach de vez en cuando pedazo de ballena”. A partir de ahí fue coser y cantar, su stack se quedo muy reducido y al ser HyperTurbo las ciegas me lo pusieron más que fácil. Le gane la ultima mano AJ VS A9, se levanto de la silla y me extendió la mano el ignorante, como si se la fuera a dar, como si fuera merecedor de tocarme un solo pelo. Lo mire y le dije: ¿ quieres otros diez a cara o cruz maricón? El tipo para mi sorpresa acepto, le di una moneda y le dije: “tírala tu, pero que toque el techo antes de caer al suelo, yo quiero cara” el Tío la tiro y salió cara, cogí la moneda con doble cara y la metí al bolsillo, le mire a los ojos y le dije hasta luego pringado, vete a FullTilt a recuperarlo. Desde entonces se le conoce en las vegas como “doble cara Isildur”.
Así fueron cayendo Negreanu, Helmuth, era el amo del poker mundial, y mi moneda de doble cara me reportaba algún que otro beneficio. Llegue a tener 120 millones de euros, y mi imagen ya era conocida a nivel mundial. Volví a anunciar esta vez a través de los medios que me jugaría todo a cara o cruz con el que quisiese, que yo era el amo y nada me importaba, y menos el dinero.
A los tres días de desenfreno, mi vida era un volquete mejor que el de los políticos de España, apareció un chino, su cara era extraña, ese tío no era del rebaño, era duro, tenía cara de pocos amigos, un escalofrió me recorrió el cuerpo, venía a jugarse los 120 millones de dólares a cara o cruz y yo supe, al verlo, que los perdería, pero me dio igual, no me importaba, era el amo y tenía que ganar. Saque mi moneda de doble cara del bolsillo y le dije toma, yo quiero cara, pero entonces el saco su propia moneda, jugaremos con esta dijo, tírala tu yo quiero cruz. Cogí la moneda, la examine y tenía dos cruces, el miro la mía y se percato que tenía dos caras, ambos estábamos preparados, era un duelo psicológico, era un batalla sucia como en el viejo oeste.
Ante tal tesitura un juez trajo una moneda normal, sin trucaje, él la tiraría al aire, y elegí cara. Le mire a la cara al chino y él me miraba a mí, fijamente, el juez tiro la moneda, giro por el aire sin que ninguno desviáramos nuestras miradas, la moneda cayo, salió cruz.
Me importo tan poco que saliera cruz como la vida del juez que tiro la moneda, mire al chino, le hice un gesto de respeto, me quite mi Rolex de 50.000 euros y se lo tire a la cara mientras le dije: “Toma, te lo regalo”. También saque la llave de la habitación del bolsillo y se la entregue “Toma está llena de mujeres los próximos tres días” la sonrisa del chino fue tan amplia que dudo que en ese momento estuviera pensando en el dinero.
Pero el juez ese había truncado mi suerte, me había traicionado, yo, el puto amo, yo, al que nadie podía vencer en ningún aspecto de la vida, había perdido, por primera vez. Sin dudarlo ni un momento saque una AK-47 y le pegue un tiro al juez en la cabeza, diciéndole “Tu ya no sacas mas cruces”. Los seguratas se me echaron encima yo me defendía y pude con unos cuantos, pero cuando se me acabo el cargador, solo tenía un machete con el que todavía logre acabar con dos más.
No recuerdo más, al día siguiente desperté en el hospital de la cárcel, y ahora, entre rejas escribo esta historia. Los barrotes no me privan de mi libertad, porque yo un día, toque el cielo.