Las dos (o más) velocidades del poker

En las mesas siempre podemos ver jugadores con dos claras tendencias. Una busca de explotar la mesa y exprimirla al máximo. Entrando en cuantos botes le es posible, subiendo y resubiendo. Otros están más tranquilos, esperan con la calma de un francotirador el momento para apretar el gatillo y llevarse rivales por delante.

Los primeros son sinónimo de montañas rusas, chiplider del día, o de disparar varias balas sin pestañear. Los segundos suelen llevar una progresión lineal, por lo general hacia arriba, aunque pueden pecar de comodones y que las ciegas evolucionen mucho más rápido que su stack, haciendo la remontada una mera quimera.

Por supuesto esto son tendencias y el buen jugador sabe adaptarse en función de la mesa, cambiar de marchas y demás, pero como se suele decir, la cabra, tira al monte.

Eso es lo que le pasa a Conejos. En su ADN no existe la vena "gambler" por decirlo de algún modo. Su ritmo es pausado, pero agresivo. Se mueve a zarpazos. Iñaki Aguirre también es de esa cuerda y ambos lo están demostrando en estos compases. Sus stacks apenas varian de puntos y ya están situados en su posta, esperando la próxima presa.

En el otro extremo están Gerad Carbó, Robert Escribano, Adriá Díaz o el líder del torneo, Jorge Burset. A ellos no les contamos las mismas fichas nunca. Cada mano es una aventura donde poder ponerse hasta arriba o salir eliminado.

Bueno, eliminar a Jorge ahora mismo es prácticamente imposible, ya que tras ser el verdugo de Dani Soler, el jugador catalán ya supera los 220.000 puntos, con la media en apenas 50.000, ¡Qué burrada!