La partida ha dado la vuelta completamente. Mats Eriksson es ahora mismo el gran favorito al triunfo y todo por culpa de un turn que ha convertido dos manos casi insustanciales en unas jugadas con las que jugarse todas las fichas.
Eriksson empezaba la mano con veintipocas ciegas y Joel subió Q8 de tréboles. Eriksson defendió 79 y el flop casi les ignora completamente, 46T.
Roset decidió intentar robar el bote con una apuesta de 250K, pero Eriksson no quiso abandonar su gutshot, muy posiblemente con la intención de robar el bote si Joel frenaba.
La carta maldita que enredó