Resumen SPT Valencia por Simón Muñoz
Como pudisteis seguir en Póquer Red, este fin de semana se disputó en Valencia la tercera parada del Spanish Poker Tour de ^Everest Poker, torneo al que pude asistir como miembro del Equipo Unibet (de bien nacidos es ser agradecidos ;)), y en el que conseguí alcanzar los premios, aunque eso sea lo de menos. En este post encontraréis un análisis de las manos complicadas de mi torneo, pero antes me gustaría entrar también en los aspectos organizativos del mismo.
En primer lugar hablaré del Casino Monte Picayo, perteneciente al Grupo Cirsa, y asentado en las afueras de Valencia capital. Era la primera vez que Monte Picayo albergaba un torneo de los que podríamos llamar importantes en España, con 1100€ de buy in, y debo decir, que les doy una nota muy alta en cuanto a organización por la parte que les toca (el otro gran tanto se lo lleva ^Everest Poker). Y es que a los jugadores se nos gana con muy poco.
La sala de juego del SPT Valencia - Foto ElMundo.es
Una sala de juego amplia y espaciosa, en la que no tengamos que pasar estrecheces (como me pasó en el EPT Londres o Varsovia), y unos croupiers que aunque con algunos nervios lógicos, cumplieron perfectamente su labor. En todo el torneo tan sólo oí quejas de los jugadores en cuanto al servicio de bar (al parecer no dependía del casino), que por momentos desaparecía, pero allí estaba el director del torneo con el micro en mano para reclamar su presencia. Fue uno de los momentos estelares de la noche del sábado.
El otro gran punto en cuanto a organización se lo debemos a ^Everest Poker, quienes han conseguido organizar un circuito de póquer en España a la altura de los mejores de Europa. Una estructura de ensueño, un esfuerzo por llevar al mayor número de clasificados online posibles, y una dirección de torneo impecable a cargo de Gerard Serra y la empresa TK Events. Realmente me he quedado con ganas de más, y creo que la mayoría de participantes son la de la misma opinión. A destacar también el excelente trato recibido por todos los miembros del staff de Everest y el propio casino, a los que no mencionaré por no dejarme a nadie, pero todos ellos saben quienes son.
Análisis del torneo
Sobre el torneo en sí, el análisis será corto porque olvidé la libreta que llevo a los EPTs y en la que apunto todas mis manos precisamente para estos menesteres, así que contaré por encima como conseguí colarme entre los 18 premiados para salir en décimo quinta posición (1500€).
Las 15.000 fichas iniciales y los 45 minutos por ronda te daban muchísimo tiempo para jugar a póquer. Con esto en mente, mi estrategia era ser paciente en los primeros niveles y empezar a robar a partir del nivel donde entraran los antes. No me salí del plan trazado, pero conseguí doblar rápidamente gracias a la siguiente jugada.
Me reparten 22 en el botón, ciegas 150/300. Todos se tiran hasta el jugador inmediatamente a mi derecha, que hace call. Era un pagador, así que subir no tenía mucho sentido por lo que también vi, previendo un raise por detrás del probablemente, mejor jugador de la mesa. Todo fue según lo previsto, subió, el primer jugador vio, y a mi me dieron buenas implícitas para ver con mi pareja pequeña. El flop fue 225, difícilmente mejor, salvo porque sería difícil poner todas las fichas en el centro si mis rivales no aportaban algo de su parte. La ciega pequeña apostó 2/3 del bote, y ¡oh sorpresa!, el caller, resubió medio stack a 8000 fichas. Hago el call más cantarín de la historia (no habían muchas opciones más), y el raiser original se tira (obviamente, mi call ahí sólo pueden ser dos manos, póquer o full cincos doses). El turn es un rag, mi rival pasa, y yo paso. El river es otro rag, mi rival pasa y yo meto all in por el resto de mi stack. Se lo piensa durante unos minutos, y al final acaba pagando, probablemente con una pareja alta. Doblo mi stack... empezamos bien.
Ese póquer me dió fichas para jugar bastante más suelto, aunque debo decir que tampoco abusé demasiado. Mi imagen en el circuito español es de absoluto demente (sinceramente creo que hasta desproporcionada) y eso también hay que saber aprovecharlo. Del primer día no recuerdo muchos movimientos más, salvo una resubida con aire a un 3 barrel en el river que le hice a Laura Cantero en un flop extremadamente peligroso A(p)J(p)x5(p)5 (sorry Laura, pero no te ponía en algo con lo que me pudieras hacer call con ese turn y river).
En el día 2 me sentaron en una mesa con Cayetano García, uno de los habituales y más mayores del circuito que me dejó realmente impresionado en las pocas manos que duró la mesa. En la primera mano le vi hacer un 4bet en flop Kxx para tirarse ante el all in de Armando Muñoz. A partir de ahí, se rehizo dominando la mesa sin parar de golpear a diestro y siniestro hasta que la rompieron, lo cual me vino muy bien porque el próximo enfrentamiento entre Cayetano y yo iba a acabar en all in. Y es que como he comentado más de una vez, un jugador así en una mesa te destroza el torneo. Sólo puede haber un Cayetano en la mesa, y ese quiero ser yo.
La mesa a la que me movieron tenía a Tomeu Gomila "Amatos" y Pablo Ubierna "Morpheo" como estrellas invitadas. Y no tardé demasiado en encontrarme con el segundo. Con ciegas 400/800 abro la ronda subiendo desde el cutoff con J4o, y Pablo hace call desde la ciega grande. En esta mano, como a lo largo de todo el torneo, me apoyé en el Dios Miller y el libro Professional No Limit para planear mi jugada antes de ver las cartas comunes. Pablo tenía 20.000 de stack, 12.000 fichas menos que yo, y el bote inicial era de 6000, lo que me daba un SPR de 3.3. Pablo es un buen jugador, perfectamente capaz de resubirme el flop con aire si apostaba (además, su corto stack le ponía en una de esas situaciones ideales para hacerlo). Mi plan era comprometerme si ligaba top pair, y o bien, tirarme o resubir el flop, dependiendo del mismo y la acción de Pablo. El flop fue 5(d)8(d)J, con lo que no había dudas. Aposté, Pablo se movió all in, y yo hice autocall con mi J pinchada. Pablo enseñó 6(d)7(d) lo que le daba millones de outs para acabar completando un color en el river con un diamante.
Debo decir que el call preflop no me gusta nada. Pablo sabía que mi rango de raise en esa posición es enorme (J4o, por ejemplo) y optó por hacer call en vez de resubirme, para no enfrentarse a un 4bet ante el que tendría que tirar su mano. La idea general no es mala, pero creo que se sobreestima en demasía lo agresivo que puedo llegar a ser. Es decir, si soy capaz de subir el 75% de manos en esa situación concreta, ¿con qué rango voy a poder meter el 4bet? Pongamos que estoy muy, muy, muy loco y lo hiciese con el 20% de las manos con las que subo (el 20% de 75%) que vienen a ser 77+,A7s+,K9s+,QTs+,JTs,ATo+,KTo+,QJo. Meter el 4bet con el 20% quiere decir que el otro 80% de las veces que me Pablo me resube tengo que tirarme. ¡Hagamos números!
• A) El 80% de las veces que Pablo sube a 8000 tiro mi mano, por lo que pablo gana 0.8 * 4800 (bote antes de su acción contando mi raise) = 3840 puntos
• B) El 20% de las veces, meto el 4bet y Pablo se tiene que tirar, por lo que pierde 0.2 * 8000 = 1600
• A - B = 2240, por lo que subir tiene expectativa positiva (y de largo)
• De hecho, para llegar al punto de equilibrio, en el que ni gana ni pierde dinero subiendo, yo tendría que meter el 4bet con el ¡¡¡48% de las manos!!! De verdad... no estoy tan loco :P!
Otro problema añadido es que estás haciendo call con una mano especulativa sin posición contra un jugador que al menos sabe lo que hace. Y a igualdad de condiciones, la posición lo es todo en NL.
Nota: Añado el siguiente ejemplo extraído de una respuesta a un comentario que le hice a Bruno en este mismo post.
¿Qué sucede si Pablo no liga su proyecto en el flop (generalmente, lo más probable por cierto? Como he comentado, mi plan estaba previsto desde el momento que hizo call. No voy a hacer CBET nunca a no ser que pueda ver su all in. Resultado, Pablo pasa y yo me llevo una carta gratis.
En el turn, la ventaja posicional hace que el fold equity se ponga de mi lado. Si toma la iniciativa y apuesta, le puedo meter all in con aire y se va a tener que tirar de todos los faroles. No parece muy sabio. Otra carta gratis para mi.
Llega el river y vuelta a empezar. Sin posición, siempre va a correr el riesgo de que le meta all in. Pasa y gano con J alta...
Desde luego por el resultado nadie puede negar que a Pablo le salió bien, pero bueno, me parecía importante destacar porque no me gusta. Si os enfrentáis contra mi en algún torneo de esos ya sabéis que subirme generalmente es mejor opción que hacer call.
Después de ese palo debo decir que estaba bastante tildado y aproveché un poco esa imagen. La siguiente mano que me repartieron fue QQ y metí all in de cara, a lo que todos se tiraron. La siguiente no pudo ser mejor, JJ, lo que me permitió repetir el movimiento, con imagen de querer estampar mis fichas rápidamente. Carevo, que había hecho call desde UTG aceptó el envite enseñando 88. Las jotas aguantaron y pude doblarme a su costa (sorry!).
A partir de ahí todo fue más o menos rodado, con Amatos y yo dominando la mesa y acumulando los stacks más grandes, con algo de fortuna por mi parte todo sea dicho (gané un all in preflop J9 vs A7 y otro AQ vs AK de un short). Unos niveles más tarde llegó la burbuja así que pasamos a jugar mano por mano. El objetivo era claro, robar el máximo posible aprovechándome de la situación en la que nadie quiere ser el Bubble Boy. Subí 4 manos seguidas robando las ciegas y cedí el turno a Amatos, que hizo lo propio por su lado de la mesa. En la mano decisiva de la burbuja, Santi Terrazas, con 40.000 de stack abrió subiendo 10.000 fichas. Yo conté las suyas, y con 150.000 de stack detrás y en el botón, decidí que iba a subir por todo su stack con cualesquiera dos cartas. Miro mi mano, 35o, tan buena como cualquier otra y resubo cubriéndole. Todos se tiran y Santi hace call con KK (una de las pocas manos que considero que me pueden hacer call). Mi 35 no mejora (sorpresa!) y se rompe la burbuja cuando eliminan a un jugador en otra mesa en la misma mano. Se acabó lo que se daba.
En la siguiente mesa ya poco que contar hasta la mano de mi eliminación. Tras jugar un par de manos me había quedado con un stack de unas 90.000 fichas y ciegas 2000/4000 (ante 400) por lo que mi M modelo "rata" me obligaba a moverme, pero elegí mal el momento. Paco Carpio subió UTG a 17.000, un raise sospechosamente alto que me incitó a mover all in con A9o inmediatamente a su izquierda. Todos se tiraron y para mi desgracia mi oponente mostró KK nuevamente para echarme del torneo.
Analizándolo fríamente creo que podría haber tenido un poco más de paciencia y buscar una situación mejor en la que hacer un sandwich o resubir all in a un raise desde últimas posiciones, pero quería fichas, la avaricia me pudo y mi instinto me falló. Como decía Amatos... definitivamente no se leer Reyes a mis rivales :P.
Y así concluye la reseña de este sensacional torneo de Póquer. A modo de resumen, un listado de pros y contras del torneo:
Pros
• Un torneo excelente para el jugador gracias a ^Everest Poker
• Una organización excelente por parte de MontePicayo, lo que nos hace albergar muy buenas expectativas a los valencianos para el futuro
• Una dirección impecable, como siempre que TK está detrás.
• El ambiente entre los jugadores. Debo reconocer que cada vez me gusta jugar más los torneos locales por el buen rollo que se respira (aunque luego nos rajen a muerte a la espalda :P).
• Como siempre, dar las gracias a ^Unibet Poker por brindarme la oportunidad de participar en otro sensacional torneo de póquer.
Contras
• No hacer mesa final
• No saber leer Reyes
• De verdad que estoy intentando encontrar otro pero no lo consigo...
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