Reseña del PCA Bahamas... ¡al fin!

Mucho ha pasado ya desde mi viaje al PCA Bahamas con el Equipo Unibet, pero la verdad es que ha sido un comienzo de año realmente ajetreado, aderezado alegremente por el hecho de haber estado una semana fuera y de que en apenas 20 días ya teníamos nuestro próximo viaje al EPT Dortmund, justamente destino al que me dirijo ahora mismo en un avión que ha hecho escala en Palma de Mallorca. Excusas, excusas... con las sólo espero que perdonéis mi tardanza en escribir una reseña de mi torneo, pero de verdad os prometo que ha sido un no parar.

Ahora que he encontrado un poco de paz, más que nada porque no tengo conexión a Internet y es 100% imposible que trabaje, he recuperado mi libretita de los torneos, y tras darle un repaso os voy a contar todas aquellas manos y decisiones complicadas que tuve, que por otra parte, fueron unas cuantas, ya que en Bahamas por alguna extraña razón no me sentí cómodo en ningún momento, llegando a perder una mano por ponerme en plan garrapata... ays... ¡ese no soy yo!

De todo un poco

Pero antes de adentrarnos en las manos, hablaré de todo un poco. Cómo ya sabéis, el viaje fue todo un éxito para el Equipo Unibet, metiendo a dos jugadores en los premios entre más de 1100 participantes, lo que sin duda superaba todas nuestras expectativas. Además, fueron Diego Pérez y José Miguel Espinar, o José Cuenca, como les gustó llamarlos a los de ^Poker Stars (en general, en los países anglosajones se vuelven bastante locos con los nombres compuestos o con más de un apellido, así que si jugáis por esos lares, dadles siempre vuestro nombre en formato “Nombre Apellido” y os evitaréis problemas :P).

Diego había ido a todos los EPTs anteriores con muy poca suerte, siempre saliendo a las primeras de cambio, y de José Miguel, alias Campa, alias Cacoto en ^Unibet Poker, poco que decir, ya que es uno de los discípulos de Raúl. Un mes y medio antes no sabía lo que era un full y trabajaba de comercial para Gas Natural. Seis semanas después estaba en las Bahamas pegando "cacotazos". Sencillamente impresionante la capacidad de Raúl para transmitir todo lo que sabe de póquer.

Dejando de lado ya el tema resultados, el viaje también fue una maravilla (aunque los trayectos eternos). El Atlantis Resort hace honor al sobrenombre de ser el resort más lujoso del mundo, y es que es sencillamente espectacular. Un hotel gigantesco, que ocupa la mayor parte de una isla, con un oceanográfico brutal que se entremezcla con el complejo, parque acuático, playas paradisiacas, casino... un auténtico desparrame. Hay que ir por lo menos una vez, y si vais con niños, os aseguro que se lo van a pasar en grande.

Niños, otra cosa que me sorprendió gratamente en Bahamas. No es que me guste especialmente que corran y griten a mi alrededor (de hecho a algunos habría que sacrificarlos, especialmente cuando se ponen a liarla en un avión). Lo que me sorprendió fue verlos en la fiesta de bienvenida de ^Poker Stars. Obviamente como fiesta, la cosa pierde cuando mezclas a niños con adultos, pero el hecho que estuviesen allí con todos tiene mucho que ver con la aceptación social del póquer en EEUU. Jugadores americanos se habían llevado a toda su familia al Caribe a disfrutar de un torneo de póquer, algo que me resulta impensable de momento en Europa.

Desde luego el ambiente era muchísimo más sano que en el evento más parecido en el viejo continente, la final del EPT en Montecarlo. Podría hacer una comparación odiosa. Mientras en EEUU, a los profesionales del circuito, se unen padres de familia, en Montecarlo aparece la chusma más turbia que te puedes encontrar. Quizás no sea tan exagerado, pero ya os digo que envidio muchísimo un ambiente tan sano en los torneos por estas tierras nuestras.

El torneo

Y creo que ya no me dejo nada más especialmente reseñable, así que iré con el torneo ;). Ya os he dicho que no me encontré nada cómodo y eso que doblé en la tercera mano. Los stacks iniciales eran de 20000 fichas, y los niveles de 75 minutos, lo que prometía ser el torneo con la mejor estructura en el que iba a jugar... y casi lo dejo en esa tercera mano... :P.

Antes de comentar la jugada, un antecedente. El jugador al que "eliminé" rondaba los 45 años, tenía aspecto relajado y en la mano número 1 había pedido que le dieran un masaje (se ve que el pobre hombre anticipaba estar un buen montón de horas ahí sentado...). Me reparten 55, y desde el botón abro la ronda subiendo a 350 fichas o algo así. Nuestro desdichado amigo, hace call desde la ciega grande, siendo el único en entrar. El flop es 9(c)5(c)2(c), dándome un bonito trío de cincos, en un flop extremadamente peligroso, eso sí. Aposté el bote, intentando hincharlo lo más posible al tiempo que defenderme de un posible corazón en la mano de mi rival y éste hizo un raise mínimo a 1500. Por alguna extraña razón que desconozco, resubí a 4000 fichas, en lugar de hacer call (tenía la posición así que no tenía que temer por cartas gratis), a lo que mi rival respondió con otro raise mínimo. Blanco y en botella... aquí ya sabía que iba por detrás, siendo lo más probable un color de mi rival, y en el peor, peor de los casos, vs 99. Imbuido del espíritu de los cincos, y haciendo un movimiento que jamás debéis repetir en casa (ni en ningún sitio, porque es una locura), le metí el all in pensando... buah, a este lo tiro si no lleva las nuts... ¡con un par!

Ya no moló tanto cuando mi rival me hizo instacall enseñando A(c)Q(c) (es decir, las nuts) en su mano. Ahí ya sólo me quedaba la opción del full, y mientras ya me preparaba para recoger mis trastos, un nueve salvador apareció en el river, dándome la victoria y dejando tristemente humillado al pobre hombre. En fin, el póquer también es suerte y hasta de vez en cuando sonríe a los dementes.

Dándole unas vueltas a la jugada (no muchas la verdad), se ve claramente que está muy mal jugada. El movimiento correcto, con stacks tan grandes y tanto tiempo para maniobrar, es hacer call a su mini raise en el flop. Si no sale el cuarto corazón en el turn, puedes resubir su apuesta, que fácilmente podría haber sido de 2000, 2500 fichas, y si ahí te responde, amigo, mejor tiras tu trío porque estás más muerto que Sandokan. A mi me salió bien, pero os aseguro que no lo volveré a repetir. Por mucho que la agresividad pague en los torneos, no es excusa para todo. Fue un error por mi parte y punto. 

Además, otro tema interesante a considerar es que doblar tan pronto en el torneo no te da una ventaja estratégica demasiado grande en las etapas iniciales del mismo, por lo que no es que puedas decir que aceptas un riesgo mayor porque si te doblas vas a poder aprovechar situaciones ventajosas adicionales (algo que hace muy bien Vietcong y de lo que ya ha teorizado Raúl). No. Con las ciegas tan pequeñas, doblar ayuda pero no es un factor crítico en tu decisión.

Siguiente jugada que tampoco me gustó como jugué. Abro con un raise a 400 desde el cutoff (posición anterior al botón) con T(t)8(t), la ciega pequeña ve y la grande resube a 1300. Hago call y la pequeña se tira. El flop es AT(c)3(c). La ciega grande apuesta 2000 de cara, y yo me tiro... La jugada no me gusta, porque si decido ver el raise de la grande, es para jugar el bote agresivo y no ser una garrapata cualquiera. Aquí el movimiento más lógico era un reraise, que podía haber tirado a manos como KK, QQ o cualquier mano sin un ás fuerte. Tomad nota, o fold preflop, o reraise en un flop como este. 

Otra jugada. Estoy en la ciega grande con 7(p)6(p) y veo una subida del cutoff a 300. El flop es 5(d)8(d)4(d), lo que me da la escalera pero también planta un bonito monocolor en la mesa.  Decido meter de cara el bote, y mi rival me ve. El turn trae una perca y sigo apostando 1500, a lo que mi rival vuelve a ver. El river es otra perca que no ayuda a nadie y decido no apostar para darle la opción a farolearme a mi rival si búscaba el color o en caso de que me estuviera haciendo un slowplay, no perder más de lo necesario si me resubía el river. Mi rival pasa y muestra 85 boca arriba. Un buen bote a la saca.

Seguimos con otra. Un jugador en primera posición (UTG) sube a 350, UTG2 call, y yo desde la ciega pequeña completo con 77. El flop es 56T. Paso, y UTG apuesta el bote. UTG2 se tira, y yo hago call. El turn es un 4 que me da una escalera abierta, y los dos pasamos. El river trae una dama y los dos volvemos a pasar. Mi rival muestra KT y se lleva el bote. 

Poco después me dan 44 en el botón. El jugador anterior al cutoff sube a 550 y yo hago call en el dealer por implícitas ante la posibilidad de ligar el trío de cuatros. El flop es 5(c)3(c)7. Mi rival pasa y yo meto 3/4 partes del bote. Hace call. El turn es un 2 y los dos pasamos. El river es un ás, dándome una bonita  y oculta escalera con mis cuatros, así mientras mi rival pasa, yo optó por meter un buen estacazo de todo el bote para ver si mi rival piensa que estoy faroleándole y me acaba pagando. Se lo piensa mucho para acabar haciendo call con un ás y perder el bote.

Rompen mi mesa. Estaba jugando en la última de todo el torneo, por lo que estaba preparado, pero la verdad que el cambio fue terrible. Mi nueva mesa estaba llena de gente joven, los que realmente me dan miedo porque vienen de partirse el lomo en los torneos más duros de Internet, nada que ver con los jugadores del vivo que parecen el abuelito de Heidi a su lado. Mis peores temores se confirman pasadas unas manos, y acepto que para salir vivo de esta mesa voy a tener que meterme en más de un embolao. Ganar o morir, no hay más. 

Tras ganar un par de manos sin mucha historia, llega la mano más crítica del torneo. La garrapata que todos llevamos dentro se apoderó de mi, e hice una jugada de esas que sólo hacen los jugadores weak tight que tanto me gustan.

Fue tal que así. Me reparten KK en primera posición. Subo y el botón y la ciega pequeña hacen call. El flop es 783 y apuesto 4/5 partes del bote, unas 2000 fichas, y, TERROR, el botón me hace call.

Comentario aparte, el botón era el jugador más weak y garrapata de la mesa, lo que me hizo frenar sobremanera. Estás haciendo una apuesta de casi el bote, en un flop sin mucha historia, y un tío te hace call quedando todavía otro rival por hablar detrás que bien le puede hacer un sandwich. Me olía taaaaan mal, que me arrugué y lo acabé pagando. 

En ese momento me extrañaban todo lo que no sean por lo menos unas dobles, o peor, un set, así que decido no arruinarme con mis reyes y mantener el bote pequeño con la idea de ver el river lo más barato posible (garrapating!!!). El turn es un diez, paso, y mi rival mete una apuesta del bote. Veo. El river es un 6, paso y mi rival apuesta 8000. Veo y me enseña 86o dejándome totalmente humillado.

En fin... eso me pasa por dejar que la garrapata tome los mandos... forma óptima de jugar esta mano, y como lo hubiera hecho contra un jugador decente, check all in en el turn. Esta no se me olvida para el futuro.

Ese bote me devuelve casi a las fichas iniciales con las que comenzamos, unas 20.000, así que en una mesa de bastardos donde casi todos me doblaban, las cosas se ponen aún peores.

Afortunadamente, un nivel después ya había vuelto a las 40.000 gracias a 3 botes robados en los que no vi el showdown y me hicieron subir una buena cantidad de fichas, el más espectacular de ellos, como sigue.

Subo una pareja de dieces en primera posición a 1500. Dos jugadores hacen call por detrás, y la ciega grande, un bastardete, resube a 8000. Hay demasiado dinero muerto como para que no me desmelene, y esto apesta a sándwich, siendo yo una de las lonchas de queso. Meto all in, y todos foldean sus cartas al tiempo que el dealer empuja las fichas hacia mi. Vuelvo a estar en la partida. 

Seguimos jugando, mi stack sufre un par de encontronazos que lo dejan nuevamente tocado (unas 30000 fichas) y llega la mano de mi eliminación, una de esas manos que juegas en función del oponente, por alguna mano que le has visto en el pasado.

El chaval, porque era un chaval que me echa, se había pegado esta jugada maestra unos minutos antes. Un jugador short, abre con all in desde UTG3, y nuestro héroe, hace call tres posiciones por detrás, lo que a primera vista parece un movimiento muy, muy fuerte, porque tienes todavía a 3 jugadores por hablar detrás y no precisamente weak tight. Nadie hace call, y se muestran las cartas boca arriba. AJ vs ¡¡¡¡¡¡A4s!!!!!! En fin… notita mental. 

Estamos en el nivel 300/600 con ante de 75. Me reparten TT nuevamente UTG, y subo a 1500. Call del héroe en UTG3, y otro call por detrás. Flop 56(p)7(p), más proyectos imposible. Apuesto 2/3 del bote, y el héroe resube a 10000. El tercer jugador en disputa tira sus cartas, y yo meto auto all in. Nuestro héroe enseña 8(p)9(p), es decir, escalera hecha y draw a color y escalera de color… bien, bien… le agradecemos su participación en el PCA Bahamas :P.

Concluyendo 

Y así concluye la reseña de mi torneo. Por alguna extraña razón no me sentí nada cómodo durante todo el tiempo que estuve en las mesas, y eso lo acabó pagando mi juego con jugadas bastante extrañas, y que espero no repetir en próximos torneos.

También pediros disculpas por la tardanza en presentaros este escrito, pero de verdad que me ha sido imposible hasta hoy mismo encontrar unos minutos para terminarlo. Afortunadamente mi libretita y mis notas me han permitido recordar todo lo acontecido, y sobretodo redescubrir mis errores para no volver sobre ellos. 

¡Un saludo y gracias por estar ahí! Próxima cita del Equipo Unibet, EPT Varsovia el próximo lunes. A ver si en los vuelos encuentro un minuto y os cuento más cositas de Dortmund, el Campeonato de España de Póquer por Equipos y el CEP Villajoyosa.