Ravee Mathi roba los focos en la final de Paur

Ravee Mathi llevaba toda una semana viviendo un sueño inacabado y, a la vez, transitando a la sombra de Taylor Paur en el World Poker Tour.

Imagina lo que es para un jugador recreacional conseguir su primera mesa final del WPT, en la que es prácticamente su primera caja en vivo, acabar sexto y, en el escaso plazo de una semana, volverte a ver en una mesa televisada peleando de nuevo por la Champions Cup.

Esa historia fue eclipsada parcialmente por la presencia de Taylor Paur en las mismas mesas, como campeón en San José y como candidato a conseguir dos victorias consecutivas en el WPT Rolling Thunder de 3.500$ que acabó la pasada madrugada.

Mathi, que no lleva sudadera con capucha ni gafas de sol sino una gorra de los FortyNiners, era la cenicienta de este cuento, y como en la historia folclórica recogida por Charles Perrault se convirtió en la atracción cuando bien pocos contaban con él.

El estilo de este jugador de 37 años es agresivo, incluso excesivo, que ni pintado para el festival de all-ins que se vivió en el primer nivel de la final. Los stacks más cortos se llevaron siempre el gato al agua y Mathi fue uno de los que dobló a un rival, pero se llevó el premio gordo contra Jeff Griffiths.

Que Mathi se limitara a pagar la subida de Gimbel pero luego metiera la cuarta ante el squeeze ya le dio pistas a Griffiths que algo olía a podrido en la mano. Por eso, a pesar de llevar  KsKh, se lo pensó bastante antes de pagar la continuación en  AdQc7h. El flop era perfecto para buena parte del rango de Mathi que iba por detrás preflop, ases con buen kicker y damas, pero el  Kd del turn acabó de preparar la emboscada para Griffiths. Acabaron all-in tras un check-raise y Mathi enseñó  AsAc.

Era un bote de 4.000.000 de puntos, que ponía lider a Mathi antes de que se produjeran las dos primeras eliminaciones de la noche: Paur le ganó el flip a la desesperada a Griffiths y luego se llevó el dinero muerto y las 19 de ciegas de Rex Clinkscales, que se marcó un squeeze  frente a tres rivales con  Ah8s y perdió ante  AsQc.

La estrategia común de Gimbel, Paur y Mathi, con más de 100 ciegas por cabeza, era en buena lógica esperar a que el shortstack Jesse Rockowitz abandonara la mesa. 

Rockowitz, que había escalado ya dos puestos en la tabla de premios, tenía vía libre para flipear a gusto y metió la cuarta con  4h4c desde el botón a una resubida de Paur, que pagó al vuelo con  TsTh. En el turn cayó otro cuatro, y el stack efectivo de la mesa pasó a ser de 60 ciegas.

Se prometía una larga sesión a cuatro bandas, pero Harrison Gimbel decidió probar la resistencia de Ravee Mathi a la presión.

Gimbel empezó su última mano en la mesa final con un 3bet desde el botón con  5h8h. Las implícitas y la posición estaban a su favor, pero aún así Ravee hizo un farha en la ciega pequeña. Paur, que había abierto, se quitó de enmedio y Mathi apostó medio boe de cara un flop  Kc4s4h. Gimbel respondió subiendo a 700.000, un poco más del triple de la apuesta de Mathi, que pagó tras una breve duda. 

El turn, un  6h que abría todos los proyectos del mundo y alguno más, era quizá la mejor carta que podía esperar Gimbel, que pusheó 2.045.000 puntos después del check de su rival. Era un semifarol destinado a hacer sufrir horrores a Mathi, que tardó siete agónicos minutos en hacer un atrevido call con  QhQd. El river fue el  9c.

El futuro campeón tenía la final en su mano, pero pecó de agresivo. Primero dobló a Rockowitz en un 4bet sin mucho sentido en  Jc8s7h5s. Jesse llevaba escalera, con 64, y Ravee cuarta pareja. Paur se quedó con la copla y se movió all-in en una mesa  JsTd7c6c con dobles parejas, J7. Mathi, volviendo a sospechar de posibles proyectos, pagó con un 6 y una tripona que no se completó en el river.

Con este nivel de violencia y el montón de fichas en juego podríamos extender esta crónica casi hasta el infinito, pero vale la pena dale al botón del fast forward, pasar los dos siguientes niveles y los incontables cambios de liderato por encima y situarnos directamente en la eliminación de Taylor Paur.

La subida de ciegas había hecho efecto al fin, y en una guerra de ciegas que empezó limpeando, Taylor Paur decidió que la mejor respuesta a la subida de Ravee con  AdTh y 32bb era un all-in. Su rival pagó con  AsQh y por fin, tras siete días, la niebla que la posible hazaña de Paur colocó ante los ojos de todo el mundo se disipó. El ingeniero informático de 37 años, un novato en el circuito, podía terminar su periplo en dos mesas finales consecutivas del WPT con un sonado triunfo.

Solo tardó cuatro manos en confirmarlo. Con una ventaja de cinco a uno y un stack efectivo de 20 ciegas, Ravee Mathi tuvo su call más sencillo de toda la noche con  JhJd. Otra vez se la quisieron preparar con un limp-push, y de nuevo el rival estaba en una posición extremadamente débil. Jesse Rockowitz bajó  Kc9s y asistió cabizbajo a la sentencia de muerte,  Td3d3h6s6h.

Por fin pueden descansar un poco los regulares del WPT, que no se volverán a reunir hasta el 19 de abril en el WPT Seminole Hard Rock Poker Showdown. Y de ahí,a la final, el WPT World Championship en el Borgata de Nueva Jersey, unos días después.