Tragedia en Las Vegas: Matthew Hauge fallece a los 26 años de edad

La edición 2016 de las World Series of Poker, más allá de los éxitos personales de la armada española, la lucha de Mercier por ganar los tres brazaletes, o cualquier otra historia paralela, será recordada a partir de ahora con un aire de luto.

Matthew Hauge, jugador procedente de Iowa, de 26 años de edad, y que acababa de entrar en premios en el $888 Crazy Eights que justo ayer conoció el nombre de su ganador, fue hallado inconsciente en su habitación del Rio, muriendo poco después en las dependencias del Spring Valley Hospital de Las Vegas.

Las causas de la muerte se desconocen, aunque los primeros rumores -y solo son eso, rumores- apuntan a una sobredosis. Para aclarar tal situación se practicará una autopsia que espera revelar el motivo real de esta muerte tan repentina, aunque dichos resultados no se conocerán hasta de aquí a unas cuantas semanas.

Hauge era un jugador bien conocido dentro de la comunidad americana de poker, un grinder de esos que va de casino en casino en busca de las mejores partidas, y quien tenía pensado jugar varios torneos en Las Vegas, como el Crazy Eights ya mencionado o el WPT500 del Aria, en el cual estaba clasificado para el día 2. Así mismo, también tenía pensado jugar el Main Event de las WSOP, para el cual había conseguido entrada a través de un satélite presencial.

La muerte de Hauge ha generado un gran revuelo en redes sociales y foros. En TwoPlusTwo se abrió un hilo para tal efecto, en el cual participaron jugadores que tenían estrecho trato con el trágico protagonista. Alguno incluso llegaba a confesar que le había vendido parte de su acción en el Monster Stack, afirmando que Hauge se involucró mucho en su torneo, comentando un montón de manos y situaciones con su “caballo”, siempre desde la confianza y la motivación.

Otra fatídica coincidencia fue la presencia en posiciones premiadas del Crazy Eights de otro Matthew Hauge, el cual tuvo que aclarar a través de sus propias redes sociales que no se trataba de él, y que en su caso se encontraba en perfecto estado de salud.

Una desgracia que esperemos no se vuelva a repetir.