Philipp Gruissem demuestra una vez más ser el rey de los High Roller

A la hora en que ha terminado de jugarse el evento principal de la EPT Grand Final, es probable que más de uno de los protagonistas de la mesa final del High Roller de 25.000€, que empezó casi a la vez,  estuviera ya durmiendo en su propia cama en su país de origen.

El desenlace fue rápido y respondió al canon de un torneo de estas características: mesa final de campanillas y ganador alemán, en este caso el filántropo Philipp Gruissem, que donará un porcentaje del premio a causas solidarias.

En el día 2, la jornada se había dado por completada con todos los supervivientes alrededor de la misma mesa, sí, pero con un invitado de más a la tradicional reunión de ocho jugadores que marca la costumbre del EPT.

Pascal Lefrancois fue el que dejó su sitio para poder hacer la foto oficial. elegido por las damas de Davidi Kitai.

El belga estuvo metido en buena parte de las primeras manos de la mesa final y vio con alegría como el chino Chenxiang Miao pusheaba en una mesa  8h5sQdQs que le acababa de dar trío a su  AaQc. Miao tenía outs con  AsTs, pero el river fue intrascendente.

Salíamos a eliminación por nivel, pero las ciegas empezaban a escasear seriamente frente a varios jugadores. Dos de ellos se enfrentaron por un bote de 20 ciegas en el que iban dos stacks casi completos.

El duelo de necesidades se decantó por las jotas de John Juanda, que no llegaba a cubrir a Stephen Chiwick, pero Kitai estaba presto al quite y remataba al británico.

No hay dos sin tres y, para Davidi, no hay tres sin cuatro: Martin Finger también cayó ante el belga robando desde cutoff con {Qs8ds} cuando Kitai tenía 99 en ciega grande.

Con esta lista de víctimas no es de extrañar que Kitai mantuviera un puesto de privilegio en el torneo, pero por detrás de Philipp Gruissem, que prefería sacarle fichas a los bigstacks en vez de eliminar a los shorts.

Esta estrategia es mucho má rentable, y lo demostró ganando un bote más que interesante con tres barrels de valor en una mesa  5cTc5h6c2c con  AaAd frente al  AhKc de Kitai, que si la mesa no llega a estar doblada igual se hubiera despedido allí mismo.

Pero Gruissem eliminaría antes a Byron Kaverman, de nuevo con ases, y Scott Seiver evitaría la enésima doblada de John Juanda, el ninja de la mesa.

El run de cartas y la ventaja de Gruissem arrancaba risas irónicas de Scott Seiver, y el alemán empleaba su stack como un mazo, con ROLs de 30 ciegas como el que sirvió para doblar al propio Seiver cuando levantó ases en la ciega grande.

El alemán se desquitó quitándole las poquitas fichas que le quedaban a Kitai, hecho que derivó en un rápido acuerdo entre los dos supervivientes del torneo, que tras repartirse más de 1.800.000€ se jugaron el trofeo en un all-in a ciegas.

La flor del alemán se demostró una vez más. Seiver destapó  2h3h y Gruissem  QcQd.

Philipp Gruissem está a punto de superar los 10.000.000$ en premios en su carrera, y con este ha ganado ya seis torneos de más de 10.000$ de entrada.