MGM Resorts se niega a venderle el Mirage al Treasure Island por 1.300 millones

La parte sur del Strip de Las Vegas es la zona en la que se encuentran algunos de los casinos más emblemáticos de la ciudad, algunos con más solera y otros de construcción mucho más moderna y vanguardista.

Por ahí conviven establecimientos como el Ceasars Palace, el Venetian y el Linq, así como el Treasure Island y el Mirage, vecinos que se tocan “puerta con puerta”. 

Precisamente, estos dos últimos casinos, o mejor dicho, sus mandatarios, han sido protagonistas de una de las noticias más destacadas de las últimas semanas en la “Ciudad del Pecado”. 

Phil Ruffin, propietario del Treasure Island, puso sobre la mesa una oferta de 1.300 millones de dólares para hacerse con la propiedad del Mirage, casino que pertenece a MGM Resorts y cuyo máximo accionista, Kirk Kerkorian, recordemos falleció el pasado verano.

Para quien no conozca a Ruffin, tal vez le recuerde participando en el programa de la GSN High Stakes Poker, cuya aparición en la séptima temporada dejó momentos como este.

La oferta presentada por Ruffin, lejos de satisfacer a los mandatarios de MGM Resorts, fue rechazada por éstos. 

Ruffin, empresario de 80 años de edad y quien en 2009 se hizo con la propiedad del Treasure Island por la cifra de 775 millones de dólares, manifestó que su mayor interés para la compra del Mirage se centraba en los casi 28.000 metros cuadrados de su centro de convenciones y principalmente “el suelo”.

El suelo es lo que me interesa. El edificio no vale nada.

Las relaciones entre Ruffin (que ocupa el puesto 279 en la lista Forbes de las mayores fortunas del planeta) y MGM Resorts es a priori buena, no en vano ambos establecimientos se encuentran conectados entre si, si bien es cierto que en declaraciones de Ruffin se adivina cierta molestia por la negativa a la oferta.

Tenemos una buena relación con los mandatarios del Mirage, y queremos que siga siendo así. Jim Murren (mandatario de MGM Resorts) me escribió una carta agradeciendo la oferta, pero si te digo la verdad no guardé dicha carta durante mucho tiempo.

Truncados sus planes de negocio, a Ruffin ahora solo le queda consolarse con la candidatura de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, candidato al que Ruffin ha mostrado públicamente su apoyo incondicional.