La legalización se enfría en USA
El jueves y viernes pasados tenían lugar dos importantes audiencias ante el Senado estadounidense para el impulso de la legalización del juego online en Estados Unidos.
En la primera de ellas se trató el tema del papel de las tribus nativas en el futuro panorama del juego. El gobierno estadounidense ofreció a los indios norteamericanos diversas ventajas fiscales y un papel preponderante en el sector del juego, entre otras compensaciones, para paliar la apropiación de las tierras y el confinamiento de las tribus en reservas en los tiempos de la conquista del Oeste. El volumen de dinero que se mueve en los casinos en manos de los nativos equivale al 40% del total de la industria.
La reunión del viernes era complementaria a la celebrada a finales de octubre y se centraba en la seguridad y en los medios técnicos de prevención de la ludopatía y del juego infantil.
Estas audiencias se incluían en un calendario de actuaciones que buscaban incluir un proyecto de ley para la regulación del juego en el paquete de medidas se pretendía que el supercomité creado por el presidente para reducir la deuda presentara a finales de noviembre ante las cámaras de gobierno.
Este paquete de proyectos de ley se beneficiaría de un tratamiento administrativo especial que busca reducir enormemente los trámites administrativos para ser aprobadas.
Pero las cosas se han torcido para los intereses de los jugadores americanos. La falta de entendimiento entre los representantes de los partidos demócrata y republicano amenazan con echar por tierra los esfuerzos de Barack Obama y ni siquiera parece que, como resume Yahoo citando a la agencia Reuters, vaya a haber un documento en común a presentar en la fecha límite marcada para finales de noviembre.
Por si las dudas que ofrece el futuro del supercomité no fueran suficientemente preocupantes, esta segunda ronda de audiencias ante el Senado no se ha visto ratificada con nuevas citaciones ni con la presentación de un proyecto de ley sobre el que debatir.
Visto lo visto, el mejor de los escenarios sería la presentación de un proyecto por vía ordinaria antes de Navidad y que, según el New York Post, tendría el apoyo del senador republicano John Kyl, que hasta este año se había destacado como el bastión de la derecha más intransigente contra la legalización.
El cambio de opinión del sector del juego tradicional y el apoyo del partido republicano prácticamente asegurarían una futura aprobación de tal proyecto. El problema sería el plazo. El 2012 es año de elecciones en Estados Unidos y, tradicionalmente, este tipo de temas delicados son evitados para evitar herir sensibilidades en el electorado.
Para 2013, algunos de los más importantes protagonistas políticos de esta batalla por la regulación, como Harry Reid o el propio Kyl, habrán abandonado su puesto en las cámaras y habría que esperar a ver quién toma el relevo.
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