El ladrón del Bellagio, sentenciado
El 9 de diciembre de 2010 se llevaba a cabo un robo en el casino Suncoast de Las Vegas. El ladrón aparcó una moto en la entrada del casino y se llevo de la caja principal 18.945$ a punta de pistola.
Cinco días después, utilizaba la misma táctica en el casino Bellagio. Tras cruzar el hall y llegar a la zona de juego, se dirigió a una mesa de dados y metió en una bolsa un millón y medio de dólares en fichas de 25.000$, conocidas como "cranberries" por su color, semejante al de los arándanos. A la salida, dos empleados del Bellagio estaban examinando la motocicleta, una Suzuki GSXR negra, y recibieron amenazas del ladrón.
Mes y medio más tarde era detenido Anthony Carleo, hijo de un juez municipal de Las Vegas, con el que estaba viviendo. Carleo se había mudado a casa de su padre en el 2009 proveniente de Pueblo, en el estado de Colorado, tras declararse en bancarrota en dos negocios de limusinas y DJ a domicilio que poseía allí. No era su primera estancia en Nevada. Carleo es un antiguo alumno de la Universidad de Nevada-Las Vegas.
La prensa se hizo eco del robo e incluso proliferaron artículos de opinión. Uno de ellos, de PokerNews, especulaba sobre cómo se podría conseguir efectivo a partir de esas fichas. No tardaron mucho los foreros de 2+2 en abrir un hilo cuestionando la inteligencia del articulista y en proponer hipótesis propias sobre la mejor manera de conseguirlo. Matthew Brooks, gestor en Washington D. C., era uno de los participantes en el hilo bajo el nick 'provotrout'.
Mientras, la policía iniciaba la investigación que conduciría al arresto de Carleo. Éste es el informe del arresto.
El día 22 de diciembre, ocho días después del robo, un croupier del Bellagio le dice a la policía que él cree saber quién es el ladrón.
Había tenido un cliente sentado en su mesa con el que acabó teniendo un contacto más amistoso. Todo empezó el 5 de diciembre tras perder este individuo un bote de 10.000$. Empezó a hacer comentarios al croupier:
Cómo me gustaría poder librarme de alguien, ya sabes; podría librarme, no tengo antecedentes y mis padres tienen contactos.
El día 11, Carleo volvía a charlar con el croupier:
-"Estoy buscando la manera de hacerme con un montón de dinero".
-"¿Y cómo demonios vas a conseguirlo?"
-"No sé. Me gustaría pillar alguna de esas cranberries y también algunas blancas (de 5.000$) ¿Sería muy fácil robar un casino?"
-"Tú has visto demasiadas veces Ocean's Eleven, Esto es la vida real y eso no pasa".
-"No es tan difícil. Sólo necesitas una máscara y una moto y yo tengo una moto".
Una vez se enteró del robo, el croupier le mandó un mensaje de texto para preguntarle si iba a jugar al Bellagio. Carleo respondió que estaba sin blanca. Pocos días después, el croupier veía a Carleo jugando en el Bellagio con fichas de muy alta denominación. Tras echárselo en cara, Carleo pasó varios días intentando montar una cita con el croupier insistentemente y a éste no le quedó más remedio que ir a la policía ya que temía por su vida. Sin embargo, nunca reconoció ser el ladrón.
La policía investigó a Carleo y comprobó que tenía una Suzuki XGRS, un Lexus, que se le suministraba Oxycontin mediante receta médica de forma regular y que había residido en Pueblo, Colorado.
Luego pasaron a investigar sus movimientos de dinero. En U.S.A. Se debe informar a la IRS (el fisco estadounidense) de cualquier movimiento de dinero que supere los 10.000$. Carleo tenía registrados 3 de esos movimientos antes del robo, en toda su vida. Después del robo, tenía 9 en 8 días. Y 10 más se produjeron en el mes siguiente.
De la misma manera, Carleo sólo tenía registradas 3 sesiones de juego en el Bellagio desde 2006. Se registran todas las sesiones excepto las de la sala de poker, que incluso tiene caja propia. Después del robo, se registraban pérdidas de 107.000$ en el perfil de Carleo en un solo mes.
Carleo nunca llegó a tener más de 6.000 dólares en su cuenta bancaria durante todo el proceso.
Hasta cuatro informantes encubiertos y ciudadanos de a pie hicieron saber a la policía o a la seguridad del Bellagio que se habían enterado por terceras personas que un tal "Tony", en un caso, o "Anthony", en otro, estaría dispuesto a vender fichas de 25.000$. En una partida de poker se atrevió a asegurar que él era el atracador del Bellagio. En una habitación interior del Bellagio llegó a enseñar dos fichas y se decía que varios jugadores asiáticos ya le habrían comprado fichas.
Un estudio de las sesiones de juego de Carleo en el Bellagio de los últimos 5 días reflejaba una compra de fichas de 105.000$, unas pérdidas de 100.000$ ¡y un cashout de 208.000$! Pese a no reflejarse las ganancias o pérdidas de la sala de poker, era tremendamente improbable que Carleo hubiera ganado ese dineral jugando en los niveles que jugaba.
Por si fuera poca cosa estar intentando vender las fichas de 25.000$ a todo jugador de high stakes que se cruzaba, Anthony Carleo había recibido del Bellagio, gracias a su volumen de juego, habitación, comida y bebida gratis. Sí, señores, Carleo se alojaba en el mismo casino Bellagio que había atracado el mes pasado.
Las evidencias de segunda y tercera mano se acumulaban, pero se necesitaba algo más.
Y aquí entra en juego de nuevo el hilo de 2+2. Anthony Carleo se registró en la web y participó en varios hilos acerca del robo con el nick 'oceanspray25'. Decidió ponerse en contacto con nuestro viejo conocido Matthew Brooks 'provotrout' debido a sus aportaciones al hilo que trataba de cómo deshacerse de las fichas.
Matthew Brooks decidió seguirle el rollo por curiosidad e intercambiaron mails. Cuando Carleo le ofreció las fichas del Bellagio 20 céntimos por dólar, le indicó a Brooks que no era tema para tratar por mail e intercambiaron un número de teléfono de usar y tirar. Mientras Brooks trataba de averiguar por teléfono si Carleo era en realidad el ladrón, Carleo decidió mandarle una prueba. Hizo fotografías de las fichas y las firmó "The Biker Bandit", enviándoselas desde una cuenta llamada "cranberrykid25".
Brooks rastreó la IP de Brooks hasta un domicilio de Summerlin. Llamó a la policía y el FBI y ante la falta de respuesta se puso en contacto con la seguridad del Bellagio.
Tras ver las fotografías, la policía solicitó por vía administrativa la dirección que correspondía a la IP y resultó ser la que figuraba en el permiso de conducir de Carleo. El registro PEN del teléfono móvil personal de Carleo le sitúa en esa misma dirección antes y después del envío del mail.
El siguiente paso de la policía fue intentar comprar fichas a través de un agente encubierto. Carleo le vendió primero una y posteriormente 5 más. Cuando el agente le ofreció formar parte de una banda y robar en casinos, por ejemplo el Bellagio, Carleo contestó:
Yo ya robé en el Bellagio.
El 2 de febrero fue detenido en el mismo casino en el que había robado.
Esta semana se ha conocido la sentencia del juicio. Anthony Assad, conocido como Anthony Carleo, se declaró culpable de robo con arma de fuego y asalto con arma de fuego, logrando que se retiraran otros ocho cargos. La sentencia es de 3 a 11 años, de los que se le reconocen 7 meses ya cumplidos en prisión a la espera de juicio.
Parece poco castigo para alguien que llevó a cabo dos robos y planeaba un nuevo golpe usando un arma con la que amenazó a varios empleados del casino. Era verdad que sus padres tenían muchos contactos, pero no logró salir completamente libre como presumía que ocurriría.
Aún está pendiente de juicio por el primer robo. Desde luego, la historia es de "Juzgado de guardia".
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