Kyle Julius se hace de oro por cuidar su hígado

Kyle Julius acaba de ganar una apuesta, cuya única condición era estar sin beber un año.

Además de ganar el dinero en juego, no sabemos cuánto se puede haber ahorrado en alcohol, pero debió ser muchísimo porque alguien se había jugado 200.000$ a que no lo lograba.

La apuesta se formalizó en marzo de 2014, y el plazo terminó el día 9 de marzo. El que nos refrescó la memoria fue Jason Mercier, que además confirmó que Kyle lo había logrado.

365 days. No alcohol... 200k congrats brah #niceWin https://t.co/otbO5Irrsi

— Jason Mercier (@JasonMercier) marzo 10, 2015

En 2014, cuando decidió empezar con su interesada sobriedad, Kyle se despidió a lo grande con unos amigos. 

Just had my last drink for a year! #hopefully #forthekids pic.twitter.com/71U1bK5kLe

— Kyle Julius (@KJulius10) marzo 9, 2014

En este tiempo, ha matado las ganas de juerga con el deporte, tanto en la cancha como en la grada. Mucho golf, mucho baloncesto, y experiencias nuevas, como ir al béisbol sobrio.

At my first sober cubs game! #betonthecubs #gocubs #FLA2morrow pic.twitter.com/DmqjMEeLLw

— Kyle Julius (@KJulius10) abril 10, 2014

La preocupación más grande de sus allegados era cómo iba a ser capaz de superar el grindeo de las WSOP sin darle un tiento a la botella. Pues la verdad es que sus resultados en vivo han sido horribles: tres minicajas en las Vegas y un tercer puesto en un paralelo del EPT Barcelona que le permitió cobrar 32.000€, su mejor resultado en estos 12 meses.

En el apartado online, Kyle ha mantenido su nivel de los últimos años, acumulando unos 475.000$ en premios pese a un inicio de 2015 más flojo de lo habitual.

En definitiva, buena parte de sus ingresos de estos 365 días estaba a resguardo del tapón de una botella. 

Para acrecentar el mérito de lo conseguido, nos vamos a permitir recordar que Phil Ivey hizo una apuesta similar hace unos años, pero fallida. El largo verano de Nevada y las interminables jornadas de poker durante las WSOP acabaron por convencerle de pagar una multa y recuperar su libertad a la hora de refrescarse con vino, su bebida favorita.