Gerard Rubiralta convierte el $525 HR en su patio de recreo y se lleva 28.801 $

C. Bielsa | 10/04/25
Gerard Rubiralta convierte el $525 HR en su recreo particular y se lleva 28.801 $
El grinder español se quedó con los bocadillos de medio field cual malote del colegio y coronó con victoria el torneo de "cinc-cents vint-i-cinc dòlars".

Gerard no solo ganó: se divirtió haciéndolo. Gane o pierda, siempre se divierte, ya que su pasión por este juego le hace disfrutar de cada momento en el tapete, aunque si son como este, mucho más.

El catalán, bajo el alias "SenvintySync" en GGPoker, se impuso con autoridad en el $525 Bounty Hunters HR [9-Max], convirtiendo el torneo en algo más parecido a un patio de recreo donde él era el encargado de dirigir las operaciones que a un propio torneo.

Con esto, a buen seguro, se quitará el mal sabor de boca por no haber podido pasar a octavos en el Poker Pro Masters.

El $525 Bounty Hunters HR fue su patio de recreo

Con 557 jugadores en el field y un prize pool total de 278.500 $, el evento prometía dureza desde el principio, pero Rubiralta no estaba para juegos ajenos: él venía a imponer sus normas. En una actuación sin titubeos, mandó sobre todos sus rivales y se embolsó 11.027 $ como premio, a los que añadió nada menos que 17.774 $ en bounties, alcanzando una cifra total de 28.801 $.

Mientras sus rivales trataban de mantenerse con vida, Gerard campaba a sus anchas por las mesas como el típico niño que quita bocadillos en el recreo. Uno tras otro, los jugadores caían ante su atenta mirada y su juego implacable.

En la mesa final, Rubiralta no solo se llevó el torneo: acumuló eliminaciones como si fueran cromos coleccionables. A pesar del nivel de los finalistas, con nombres como Aleks Dimitrov, Daniel Custodio o "depechemode", ninguno pudo con el español, que se mantuvo siempre en el asiento del conductor, eliminando rivales como si de una mera rutina se tratara.

El duelo final contra Aleks Dimitrov fue la guinda del pastel. Aunque ambos firmaron premios muy similares por posición, los bounties acumulados por Gerard fueron el golpe de gracia que marcó la diferencia y selló su victoria con contundencia.

El malote del recreo… pero con clase

Hay torneos que se simplemente se ganan, pero también hay torneos donde el campeón marca el ritmo desde el principio, impone respeto y se pasea con chulería, aunque sin perder la elegancia

Gerard fue de estos últimos, y eso implicó dejar a los demás sin su merienda en beneficio propio.

¡GG Grubi!

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