Fátima Moreira de Melo: una competidora nata
La jugadora holandesa Fátima Moreira de Melo siempre ha tenido mucho gancho entre la afición española, pese a su falta de grandes resultados en el circuito internacional.
De alguna manera, su insaciable competitividad y el carácter latino que le otorga su origen peninsular, como indican sus apellidos, trascienden las fotografías y las crónicas de los torneos para convertirla en un referente del Team Pro de PokerStars.
Ahora, además, es una estrella de la televisión en su país, gracias al programa Expeditie Robinson, una especie de Supervivientes a la flamenca donde coincidió con los hermanos De Meulder. El trío de jugadores de poker revolucionaron el formato y dejaron bien claro que si aquello era una competición, a ellos solo les valía la victoria.
De todo esto habló Fátima para PokerListings, en una entrevista en la que estas fueron las preguntas más interesantes.
¿Cuál fue la razón que te impulsó a convertirte en profesional del poker?
Tenía 30 años cuando dejé de jugar al hockey hierba, después de las olimpiadas de Pekin en 2008.
Jugué tres copas del Mundo, varios Europeos y lo ganamos todo. Simplemente sentí que ahí se acababa. Ya no me iba a convertir en mejor jugadora de lo que era, desde mi punto de vista. No había nada más que aprender.
Yo ya jugaba al poker con mis amigos de aquella. Siempre me gustó el aspecto mental del poker y el hecho de era un deporte individual, no dependes de otros jugadores y recibes todo el mérito cuando haces las cosas bien.
Te ves jugando dentro de cinco años?
Definitivamente. Sobre todo porque creo que puedo ser mejor jugadora de lo que soy hoy. Mientras siga creciendo y, bueno, me tengo que mantener también. Tengo que ser capaz de ganar dinero, así que seguiré jugando.
Pero siempre estoy tomando decisiones por el camino, sin embargo, porque la vida siempre está cambiando. Planear las cosas con antelación es un poco estúpido porque nunca sabes qué te va a ocurrir.
El poker se parece mucho a la vida. Las cosas cambian todo el tiempo y cada cosa lo cambia todo. Cada pequeña decisión, cada pequeño movimiento que haces, cambia lo que va a pasar a continuación.
Te has vuelto muy famosa en Holanda con el programa Expeditie Robinson, ¿fue divertido?
La experiencia no fue divertida, porque es del estilo de Supervivientes. Divertida no, pero sí muy interesante.
Pensé que por fin estaba preparadada para aceptar la experiencia. Me lo habían pedido antes, pero aún estaba disfrutando la libertad de no estar metida en un equipo, después de dejar el hockey.
¿Sacaste ventaja de tus habilidades pokerísticas?
Totalmente. Tuve la suerte de encontrame con Matthias y Cristophe de Meulder allí, porque era una coproducción entre Holanda y Bélgica.
Normalmente, los holandeses van contra los belgas y yo estaba con los belgas. Era parte de la estrategia.
Hablamos muchísimo de estrategia. Fuimos básicamente los que metimos la estrategia en el programa, porque en Holanda la cosa iba simplemente de estar en una playa y hacer amigos.
Jugamos con la táctica y no con quién nos caía bien o no. Buscamos la manera de tener el mayor porcentaje de posibilidades de victoria si llegábamos a la final. De otra manera, es mejor perder de la manera más eficiente posible e irse para casa.
Nos aseguramos de que la gente más fuerte físicamente fuera expulsada, porque en Holanda a la final llegan cuatro y hay pruebas individuales...
Nosotros queríamos un montón a un tío al que expulsamos, era realmente encantador, pero era muy buen jugador, así que se tenía que ir. No significa que no te afectara emocionalmente luego pero mientras estábamos jugando es como en el Monopoly, no te voy a dar mis calles porque me caigas bien. Voy a intentar sacarte las tuyas. Y tu dinero. Todo.
¿Repetirías?
No, no lo volveré a hacer. Y asé cómo es la experiencia y no creo que pueda optimizarla más, jugué lo mejor que pude y no creo que pudiera llegar a hacerlo mejor.
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