El día 2 termina con 20 españoles a la espera de la final

Nos plantamos en el día 2 del Estrellas Poker Tour Barcelona con 810 jugadores repartidos en mesas que ocupaban tanto la sala Gaudí, el espacio perteneciente al Hotel Arts habilitado en las últimas visitas del EPT a la Ciudad Condal, como en la sala Casals, un salón anejo que se ha abierto este año para atender la exorbitante demanda de espacio de juego.

Los jugadores entendieron perfectamente la necesidad de un acelerado ritmo de eliminaciones que nos permitiera bajar desde ese número, que ya sería exagerado para la participación total de una etapa normal del Estrellas, hasta los ocho ocupantes de la mesa final en tan solo dos días.

La media de despedidas por nivel se situó bien por encima de las tres cifras, y en tres niveles estábamos ya mano a mano en una burbuja reservada para 384 jugadores.

Nuestras chicas fueron arrastradas con la primera oleada de all-ins. A Ana Márquez ni la vimos sentarse y Lucía Navarro sucumbía en una mesa impensable en un Estrellas, con regulares del EPT como Anton Wigg, Ruben Visser y Pieter de Korver.

Al menos ellas estaban presentes para defender sus stacks, porque las fichas de Miguel Riera se diluyeron en ciegas y antes durante el transcurso de tres niveles sin nadie que las moviera.

En esta fase disparatada del día 2 la buena noticia para los intereses de la Armada era Emilio Navarro “3mili0o0o”. Tampoco le iba nada mal a Iñaki Solé, el escogido para el atraco cámara en mano de cada descanso.

Iñaki no pudo convertir su racha triunfal en una cantidad de fichas suficiente para asegurar el paso al día 3, pero Emilio mantuvo el nivel que ya demostró en el ESPT Marbella y será de la partida en la previa de la mesa final.

El mano a mano de la burbuja acabó horriblemente para un español, José Vicente Besalduch. Era la tercera mano que se jugaba, y el levantino lo tenía todo en la mano para doblarse, con TT contra 77. Pero una de cada cinco veces las comunitarias pueden cambiar la lógica preflop, y esta fue una de ellas, con un 7 ya en el flop.

La clasificación general del ESPT ha sido discutida por un jugador que mantiene que le deben puntos suficientes para subir hasta el primer puesto, aunque el alemán Heinz Traut ha ayudado a silenciar un poco el problema sacando unos valiosos puntos en este evento principal.

Su condición de jugador más regular del circuito no puede competir con la fama de otras estrellas internacionales que poblaron hoy las mesas del ESPT: Eugene Katchalov, Roberto Romanello y Robin Ylitalo han dejado ya de ser una amenaza, pero Annette Obrestad, Cristoph de Meulder, Andrew Chen y Pierre Neuville entrarán en el bombo de mañana.

Como ocurre en todos los torneos multitudinarios, hay que estar muy atentos a los jugadores menos habituales que empiezan a destacar de cara a la final, y una vez ya bien entrados en premios una de las apuestas seguras de la armada era sin ninguna duda David Tous.

Su nombre pasó a formar parte del grupo de vigilancia obligada para el día 3, junto a Antonio Pulido, autor de una vibrante remontada en el último nivel y Rubén Velasco “Domador”, el más ilustre de los 20 españoles que nos representarán mañana a partir de las 12:00, con Javier Martínez “Kaskai” liderando al grupo con 1.270.000 puntos.

Como ves, hay otros tres jugadores españoles coqueteando con el millón de puntos, y de entre ellos escogimos a Axier Zuazolozigorraga para festejar el final exitoso de la jornada

A esta lista debería pertenecer de pleno derecho Nacho Gómez “Nachinken”, pero cayó víctima de un terrible badbeat cuando se jugaba el liderato en un bote de 1.300.000 puntos.

El 3bet a UTG con AA era mandatorio, y el 4bet allin de la ciega grande un regalo de 125.000 puntos. La aportación preflop no terminaba aquí, pues el jugador que inició la mano llevaba reyes y continuó la cascada de resubidas. El rey fatídico no se hizo de rogar, apareció ya en el flop.

Esperemos que no tengamos que relatar más episodios del estilo y que mañana podamos anunciar el nombre de varios de ellos como finalistas del torneo más multitudinario jugado fuera de Estados Unidos, que tiene reservados para el campeón 393.000€, un premiazo que nadie esperaba llegar a ver en un ESPT.