Erik Seidel: "Me obsesioné con Stevie Wonder"
Seguro que conoces la historia de Erik Seidel, aunque sea a grandes rasgos. Es el tipo que aparece en la tele en las primeras escenas de "Rounders", siendo derrotado por Johnny Chan en el heads-up del Main Event de las WSOP.
Erik no ganó aquel torneo, pero tuvo tiempo de desquitarse y ganar ocho brazaletes. Además, fue uno de los pilares del equipo de pros de Full Tilt Poker y uno de los jugadores de la vieja guardia que mejor ha aguantado el test del paso del tiempo, demostrando ya en la presente década que puede plantar cara a cualquiera en los Super High Rollers.
Lo que no sabías, y nosotros tampoco, que es un melómano capaz de viajar hasta la esquina noroeste de Estados Unidos, a Seattle, para ver en directo por enésima vez a Stevie Wonder y visitar el museo dedicado a la música de los 70 que hay en aquella ciudad.
Un periodista local aprovechó para tenerle al teléfono 15 minutos en su programa y seguir indagando en aspectos menos conocidos de su vida, con la promesa de no hablar mucho sobre poker.
¿Cómo fue crecer en los 60 y los 70 en Nueva York?
Nueva York es un gran sitio en el que crecer, porque estás expuesto a mucha cultura. Mi hermano y yo solíamos andar por ahí, ver las películas que iban saliendo… Vivíamos en el Upper West Side de Manhattan. Nos gustaban mucho los teatros, y asistimos a muy buenos espectáculos.
En esa época estuviste expuesto a los inicios del hip-hop, el soul tenía a Stevie Wonder y tú siempre has sido muy aficionado al jazz ¿Tus gustos musicales son debidos a vivir en Nueva York?
Mis padres eran muy aficionados a la música, así que es posible que tenga que ver, pero siempre he vivido rodeado de gente a la que le gustaba mucho la música y en Nueva York había muchísimo que ver. Todo el mundo tocaba allí, debe ser una de las ciudades más importantes del mundo en el aspecto musical.
Pude ver a Stevie Wonder cuando yo era muy joven y, de alguna manera, me obsesioné con él.
Cuándo te empezó a quedar claro que te atraía el juego y que eras bueno en ello?
No empecé a jugar al poker hasta 1985. Pero antes, en el instituto, empecé a jugar al backgammon. Había leído el libro de Paul Magriel, y solo eso ya me ponía a un nivel superior que mis compañeros de instituto. Jugué mucho en el instituto y me volví bastante bueno así que luego empecé a frecuentar clubes de jugadores, sobre todo el Mayfair.
Era muy divertido, estar rodeado de jugadores tan brillantes y llegados de todo el mundo, y aprendí muchísimo solo por andar alrededor de esta gente.
No tenemos ese tipo de clubs en la Costa Oeste ¿Cómo funcionan?, ¿necesitas a alguien que te recomiende, tienen una cuota?¿O cualquier chaval de instituto puede entrar en estas salas de juego?
Sí, era más o menos así. Tú entrabas y… En la sala de juego a la que yo iba había un par de máquinas de pinball, pero era más como un club de backgammon, la gente jugaba al Scrabble… En el Mayfair se jugaba al ajedrez o al bridge.
Te cobraban por horas.
¿Jugabas al backgammon por dinero?, ¿por diversión?
El backgammon era muy parecido al poker. Tú ponías de tu dinero, viajabas y había torneos por todo el planeta. De aquella había como una explosión del backgammon y había torneos en todos lados.
Para mí, era increíble. Gracias al backgammon tenía la oportunidad de viajar a todos esos países a los que no habría ido de otra manera.
Se acaba el instituto y entonces sientes algo así como la presión de ir a la Universidad: dejar todo esto que ha estado muy bien, pero hay que madurar. ¿Fue esa tu mentalidad?
Sí. No tenía muy claro lo que hacer pero fui un año a la Universidad de Brooklyn y luego un semestre a Hunter. El caso es que el backgammon me estaba permitiendo ganar un dinero muy importante en aquella época y era una distracción para mis estudios. Decidí dejar la universidad y aprovechar lo bien que me iba en el backgammon porque no sabía cuánto podría durar.
Me dediqué a eso durante cinco, siete años.
¿Cómo acabaste en la Bolsa?¿Alguien te vio en el club y se dijo, mira qué chico tan brillante, sería un estupendo agente?
Me contrataron para Paine Webber dos de los mejores jugadores de backgammon, y estuve allí durante un tiempo. Un amigo mío, que también jugaba al más alto nivel, tenía un oficina de compraventa de opciones que le iba extraordinariamente bien, así que dejé mi empresa y me fui con él.
Pero no duró mucho, por culpa de la crisis del 87, que se llevó por delante la compañía. Por eso fue por lo que acabé jugando al poker, porque me quedé sin ingresos y tuve que buscar la manera de mantenerme a mí, a mi mujer y al bebé que venía en camino.
Entonces volviste al Mayfair y el resto es historia del poker.
Acabé de nuevo en el Mayfair y, por supuesto, había un gran grupo de jugadores de mucho talento y era el sitio perfecto para aprender.
También había gente con menos experiencia, como yo, y era posible jugar con los mejores y aprender y luego ganar dinero de los peores.
¿Te sigues considerando un neoyorquino? Porque veo tu perfil, que estás en Las Vegas y digo ¡no, es de Nueva York!
Las Vegas era el sitio donde estar, porque allí se juegan muchos grandes torneos. Ha sido mi residencia principal durante muchos años, pero cada vez me siento más atraído por volver a Nueva York.
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