El WPT podría perder a sus mejores jugadores
Son tiempos turbulentos en la relación del WPT con
algunas de sus principales estrellas. Para poner en
situación a todos aquellos que no lleven mucho tiempo en el
tiempo del poker, podríamos decir que el WPT es lo que la
NBA al baloncesto norteamericano.
Fue la empresa que en 2002 relanzó el poker a nivel
mundial con una novedosa serie de torneos televisados, el World Poker Tour,
superando en varios niveles todo lo visto en retransmisiones de poker
hasta el momento, ayudados de avances tecnológicos como la
cámara que permitía ver las cartas privadas de
los jugadores durante la partida. Se podría decir que gracias al WPT, el poker es lo
que es en la actualidad, y también que el WPT ha convertido
en famosos a muchas de las que hoy en día se consideran las
estrellas del poker.
Pero esta
simbiosis entre el WPT y sus estrellas podría tener los
días contados. La mecha la encendió
el jugador profesional Andy
Bloch, cuando anunció que no participaría en el
WPT Bellagio en su blog
personal. La base del problema sería el contrato
que todo jugador del WPT debe firmar antes de participar en un torneo,
y que incluye una clausula de cesión de derechos en exclusiva, que
permite a la empresa hacer casi cualquier cosa con la imagen del
jugador.
En el momento actual del poker, con la enorme explosión del
mismo a todos los niveles, algunos jugadores aducen que sencillamente
no pueden firmar esa clausula, bien porque entraría en
conflicto con otros de sus patrocinadores, bien porque no quieren ceder
sus derechos de imagen de por vida al WPT, para por ejemplo, lanzar videojuegos
utilizando su imagen y nombre sin cobrar un
dólar.
Ante esta polémica, y la adhesión de
otros jugadores importantes como Chris Ferguson
al movimiento, el director del WPT Steve
Libscomb, lanzó una carta abierta a los jugadores de poker
a través de los foros de 2+2. En ella principalmente
defiende los contratos actuales, argumentando que WPT es una empresa y
como tal utiliza contratos modelo para proteger sus intereses.
Sin embargo, la replica de Steve no ha terminado de convencer
a los jugadores, que dudan del contrato modelo, y ponen como ejemplo el
del circuito de las WSOP que no se reserva tales derechos.
Especialmente interesante es la respuesta a esta carta abierta en el
blog de Lou Krieger, siendo uno de sus principales
argumentos, que si bien ahora el WPT y Lipscomb son la misma cosa, en
un futuro puede que esto no sea así, y los jugadores deben
protegerse por si un nuevo dueño irrumpe con la
intención de hacer respetar todos sus derechos otorgados, lo
que podría obligar a más de uno a perder
contratos millonarios de patrocinio.
En definitiva la rebelión parece que va en serio y
tendremos que ver en los próximos eventos si los jugadores,
conocidos por su individualismo, son capaces de mantener el boicot, o
por el contrario el WPT se ve obligado a reescribir sus contratos, cosa
a la que hasta el momento se han negado.
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