El Re-Entry , un paracaídas pasado de moda

Siguiendo la costumbre que hemos adquirido durante las últimas semanas, vamos a abrir una nueva línea de debate sobre uno de los temas que han estado de actualidad durante los útlimos siete días: el re-entry. 

El pasado sábado conocíamos la decisión de la organización del World Poker Tour en la que anunciaban la abolición del re-entry en su parada más importante del año, el WPT World Championship que en mayo se celebrará en las dependencias del Casino Borgata de Atlantic City, y que culminará toda una temporada circulando a lo largo y ancho de la geografía mundial. 

La decisión llamó mucho la atención, máxime teniendo en cuenta que el WPT ha sido siempre el circuito que ha abogado por el uso del Re-Entry. ¿Cabe especular con que la medida se hará extensiva a todo el circuito en un futuro no muy lejano? Es posible, aunque por el momento, nadie haya anunciado nada al respecto.

Puestos ya en situación, es sencillo adivinar de qué va el debate de hoy. Re-Entry: ¿sí o no? Como aquí la cosa va de mojarse, yo me inclino por el “no”, veamos por qué.

Entiendo que el re-entry es una medida que lo que siempre ha buscado es engordar los botes de forma que los premios y los prize-pools sean mucho más atractivos a ojos de los que ven los torneos desde la distancia, de forma que éstos puedan convertirse en futuribles jugadores de “x” circuito. 

Hasta aquí, no me parece mal, pues seguramente esas cifras tan llamativas, hayan conseguido atraer hasta los casinos a jugadores que tal vez no hubieran encontrado un motivo de peso para cruzar esa línea imaginaria que a veces hace de frontera a los torneos presenciales. 

Sin embargo, pienso que las re-entradas están, hoy por hoy, un poco demodé. La tendencia que muchos intentamos que describa el poker actual, mira hacia convertirlo más en una competición deportiva que en un baile de números, y si eso es lo que buscamos (y creo que conviene para “venderlo” al gran público) las re-entradas son algo difícil de defender. 

Es innegable que un torneo que permita las re-entradas y uno freezout, se juegan de forma totalmente distinta. El saber que tenemos una red de seguridad que nos permite volver a pista sin más esfuerzo que sacar la billetera del bolsillo, es algo que desvirtúa totalmente el afán de competición y la propia naturaleza de cualquier torneo: el que se queda sin fichas, a la calle. 

Esto, que parece muy evidente, es algo que no hace mucho ha dicho una voz tan respetada en el mundo del poker como es la de Daniel Negreanu después de agotar la primera bala en el WPT Bay 101 Shooting Star. 

I MUCH prefer freezeout tournaments to re-entry. I take it more seriously and play infinitely better. Will be back for bullet #2 tonight.

— Daniel Negreanu (@RealKidPoker) marzo 9, 2015

Otro argumento que considero difiere totalmente con la existencia de las re-entradas, es la de los satélites. El concepto del satélite es algo que ha hecho mucho bien al crecimiento del poker como hoy lo conocemos (no olvidemos que Moneymaker llegó al Main Event de las WSOP a través de un satélite online), sin embargo, éste queda devaluado si dicho satélite nos conduce a un torneo con re-entries.

Para un jugador llegado a un torneo de 5.000$ a través de un satélite de 50$, su forma de enfocar el torneo siempre será completamente distinta a la del jugador que ha pasado por caja, y se puede permitir pasar por caja tantas veces como considere necesario. Si una de las cosas que los amantes del poker nos gusta gritar a los siete vientos es que el poker es un juego en el que puede ganar cualquier en igualdad de condiciones, ¿no resulta irónico que haya este tipo de diferencias de base?

Dicho todo esto, reitero mi postura de que sería bueno que se eliminaran las re-entradas de los torneos principales, si bien es un formato que podría seguir coexistiendo en festivales que ofrezcan varias modalidades a sus jugadores. 

Esta es mi opinión, válida como la de cualquier otro. Si tú quieres manifestar la tuya, tienes disponibles los comentarios de esta publicación para explayarte a tus anchas.