Brian Townsend termina la Sahara Race

Uno de los jugadores más conocidos de las high stakes, Brian Townsend “aba20” ha aparcado su profesión durante los últimos meses para prepararse para el atletismo extremo y competir en la Sahara Race, una “ultramaratón” en la que 146 participantes partieron de El Cairo para recorrer 250 kilómetros por el desierto en siete días, con el único sustento que pudieran transportar en su mochila.

Este pasado septiembre, la imagen de un Brian Townsend completamente cambiado impresionaba en los foros de poker. La foto era la presentación del blog de Brian Townsend en la página 4deserts.com, la web dedicada a la Sahara Race. Como un participante más, Townsend aprovechó la oportunidad que le ofrecía la organización de escribir sobre su experiencia en una de las carreras más exigentes del mundo.

A los que no conocíamos la afición por el running de Townsend, la noticia nos cogió por sorpresa. Sin embargo, Townsend lleva practicando este deporte desde hace años y lo compatibilizaba con el turismo y los torneos.

Una de mis cosas favoritas mientras viajo a una nueva ciudad es echarme a correr y conocer la ciudad a pie. Tengo grandes recuerdos de esas carreras.

La última entrada del blog es del 5 de noviembre, ya de vuelta en El Cairo. Townsend consiguió terminar la carrera, pese a pasar por momentos muy malos debido a problemas físicos. Aunque según Townsend, lo más duro de la carrera se corrió en su cabeza.

Esta carrera es sin duda uno de los éxitos del que me siento más orgulloso... La carrera de ayer, 54 millas en 25 horas, ha sido lo más duro que he hecho nunca físicamente, pero incluso más lo ha sido  mentalmente. Nunca me paré a pensar en el reto mental que acompañaba a esta carrera, pero en las últimas 36 horas he visitado sitios muy oscuros en mi cabeza.

Los corredores debían llevar consigo todos sus recursos alimentarios y Townsend pagó con creces su decisión de comer de más los primeros días. A mediados de la carrera tuvo que pelear contra las náuseas, el dolor de pies, la fiebre y la deshidratación, lo que le llevó a pensar en el abandono. Durante una larga noche, los doctores de la carrera llegaron a amenazarle con obligarle a abandonar, a no ser que consiguiera mantener el ritmo del próximo competidor que pasara.

Su competitividad le traicionaba.

Empecé a sentir mucha pena por mí mismo. Pensé en todo el esfuerzo que había invertido en la carrera y en por qué los otros se estaban moviendo mucho más rápido y teniendo mucho más éxito.

Al final, consiguió escribir su nombre entre los 116 que terminaron el viaje, en la 78ª posición final, y su visión acerca de la competición había dado un giro de 180º.

Si me dicen hace diez días que  ese iba a ser mi resultado habría pensado que la carrera había sido un fracaso. Ahora que la he terminado, estoy tan orgulloso de haberlo conseguido....