Las autoridades fiscales canadienses reclaman 1,8 millones de dólares a Duhamel

Jonathan Duhamel, campeón del Evento Principal de la World Series of Poker 2010, se ha visto envuelto en una disputa fiscal con el gobierno canadiense.

El gobierno de su país le reclama una cantidad de 1.219.114$ canadienses en impuestos atrasados por las actividades relacionadas con el poker entre los años 2010 y 2012. La cantidad puede llegar a los 2,4 millones de dólares canadienses (aproximadamente 1,8 millones de dólares) si tenemos en cuenta que la cantidad reclamada se puede duplicar, contando con los impuestos de su estado, Quebec.

Las autoridades fiscales sostienen que la actividad de Duhamel constituía claramente un negocio y no un juego recreativo porque se tomaba el juego muy en serio, jugando más de 40 horas a la semana y siendo esta su principal fuente de ingresos. 

Duhamel, ganador de más de 18 millones de dólares en su carrera, alega que las ganancias son "resultado del azar", cuyo pago no esta contemplado en la legislación canadiense. Además, argumenta que nunca ha recibido una formación específica, y que ser etiquetado como jugador profesional fue simplemente una estrategia de marketing de la empresa que le patrocinaba, PokerStars, y que por tanto, sus ganancias se atribuyen a la suerte.

Duhamel planea apoyarse en un precedente de 2006 en el que dos jugadores canadienses recreativos fueron absueltos del pago de impuestos tras lograr una buena racha de resultados en apuestas deportivas.

En nuestro país, que ha endurecido su regulación del juego y que pretende multar a quienes utilicen VPN, entre otras medidas, existen precedentes de lucha de jugadores contra las autoridades fiscales, como los de Tomeu Gomila "Amatos" o Paco Vallejo.

En ambos casos, los jugadores consiguieron ganar la batalla a hacienda, eso si, no sin antes tener que sufrir procesos personales y judiciales difíciles, en los que no tenían por qué haberse visto envueltos si el poker tuviese la valoración laboral y fiscal que merece. Desgraciadamente, la regulación del poker en muchos países, deja mucho que desear.