Scott Seiver se deja llevar por la generosidad

El día 3 del evento principal de los Aussie Millions fue un poco más corto de lo habitual.

Solo hubo que jugar algo más de cinco niveles para reducir de 109 a 36 los jugadores presentes en el Crown Casino de Melbourne, eso sí, pasando primero el trámite de la burbuja de premios.

En cuanto se reanudó el juego empezaron a apilarse las eliminaciones, muchas de ellas a manos de premiums, como las de Anette Obrestad,  QhQd contra  KsKd, o Mike Watson  8s8h contra  KhKd.

Así se mantuvieron ocupados los jugadores en el primer nivel, sin que nadie asomara por la parte alta. El nivel 15 fue más pródigo en noticias por los primeros puestos, con importantes subidas de Gareth Dwyer y Sorel Mizzi, los perseguidores del chipleader de la víspera. Consiguieron despegarse de Willcocks, pero tuvieron que hacer hueco a un nuevo contendiente, el británico Rhys Jones.

Despedidas como las de Randy Lew “nanonoko” ayudaron a acercarse al dinero. El último en quedarse sin cobrar fue el australiano Luke Downes, que pese a doblarse cuando tenía poco más de dos ciegas en la SB quiso robar algo más desde el botón en la siguiente mano con  KcJc y se topó con  AcQc en la ciega grande.

Inmediatamente después, el alemán Julian Track perdía un flip contra Eoghan O’Dea y era el primero en cobrar la minicaja de 15.000$. Track se decidió a probar el poker en vivo y ganó dos paquetes por medio de satélite, uno para el último EPT Praga, donde acabó campeón y otro para los Aussie Millions, que serán su último evento. Esto de los naipes de plástico y las fichas de cerámica le aburre, dice el angelito.

El mexicano Ángel Guillén tampoco sobrevivió mucho más y se perdió entre la creciente lista de shortstacks que intentaban reacoplarse a la pelea por el título.

Enseguida el interés se desplazó a los primeros puestos, donde estaba a punto de aparecer el primer millonario en fichas. Patrick Crivell se quedó corto por 30.000 puntos después de eliminar a Max Lemahnski, pero consiguió llegar como chipleader a la cena.

No sabemos qué mesa estuvo más animada en el buffet, pero en el torneo era la que enfrentaba a Jason Mercier, Liv Boeree y Scott Seiver. Este último fue el que consiguió manejar siete cifras por primera vez, y lo hizo a lo grande.

Seiver escondió unos ases en una mano que llegaba abierta desde early con un call preflop para inducir el squeeze de Florian Bussmann. Una vez el alemán cumplió con su parte del guión, Seiver optó por los miniraises para que 1.500.000 puntos acabaran en el medio y, con KK, el alemán fue de su mano hasta el final.

John Juanda, Jonathan Duhamel y Jake Balsiger también se situaron cómodamente sobre la media en esta última fase del día 3, aunque el indonesio le cedería medio stack a Sorel Mizzi con jotas contra damas.

Antonio Esfandiari intentó doblar sus últimas 15 ciegas con 66 pero encont´ro no uno sino dos jugadores interesados en llevarse sus fichas. Hubo un all-in y un fold y fueron unas damas las que se llevaron el malogrado triple-up.

En el último nivel, que no llegó a jugarse completo, Seiver empezó a repartir sus beneficios del día entre sus compañeros de mesa, empezando por Jason Mercier. Su generosidad dejó paso libre a su compatriota Darren Rabinowitz, pero sobre todo al jugador local Salvatore Fazzino, que se ganó el primer puesto provisional en la última mano eliminando con set contra set al que había sido dueño del torneo durante varias fases del mismo, Gareth Dwyer.

Ya está en marcha el día 4 en el que se descubrirá a los finalistas de esta edición y últimos posibles receptores de los 1.600.000$ que aguardan al campeón