Antonio Esfandiari, descalificado de la PCA por orinar en la mesa
Las “apuestas paralelas” o “prop bets”, son algo muy común en el mundo del poker, por lo menos cuando hablamos de torneos de cierta entidad en la que se congregan grandes jugadores y grandes bolsillos.
Si esto forma ya parte del ADN de cualquier torneo de cierto postín, no es menos cierto que algunas de las apuestas de las que nos hemos enterado en los últimos años, cruzan en cierto modo la línea que las separa de lo competitivo y divertido a lo exagerado y de mal gusto. Hoy traemos un ejemplo de esto último.
La apuesta en si no se puede considerar de mal gusto, nada más lejos de la realidad, pero sí lo medios que nuestro protagonista llevó a cabo para intentar ganarla, algo que no consiguió. Nos referimos a Antonio Esfandiari, quien como tantas otras veces cruzó unos miles de dólares con el adinerado empresario texano, Bill Perkins.
El enunciado de la apuesta era aparentemente sencillo: Antonio Esfandiari debería pasar 48 horas caminando única y exclusivamente haciendo zancadas, algo que requiere un esfuerzo físico importante que seguro Esfandiari se veía capaz de contrastar.
Pero, ¿qué pasó? Que “El Mago”, mientras estaba participando en el día 2 del Main Event, tuvo necesidad de ir al baño, y con lo grandes que son las distancias en el Atlantis Resort de Nassau, pensó que si podía ahorrarse unas cuantas zancadas hasta el servicio, ¿por qué no iba a hacerlo?
Ni corto ni perezoso, cogió una botella de plástico mientras estaba sentado en su mesa, y procedió a hacer sus necesidades urinarias en la misma, algo que le ahorró un viaje hasta el excusado así como un par de ciegas y antes.
Pero claro, dicho comportamiento no iba a pasar impune siempre y cuando alguien se percatara de lo que allí estaba ocurriendo, y eso mismo ocurrió. La croupier, extrañada, reportó la desagradable maniobra, y esto se tradujo en una descalificación fulminante a la par que más que merecida.
En una entrevista concedida posteriormente, Esfandiari pidió disculpas por su comportamiento, sin intención de justificar lo que había hecho, pero sí matizando que las apuestas que este tipo de jugadores cruzan, ponen mucho dinero sobre la mesa, por lo que se las toman tan en serio que a veces no se dan cuenta que no todo vale para ganarlas. Este es un buen ejemplo de ello.
Veremos si ha aprendido la lección.
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