Anthony Zinno: "Voy a seguir hasta que gane el cuarto WPT"

La situación que está viviendo Anthony Zinno no es, para nada, habitual en el poker.

Hace unos años, cuando había muchos menos circuitos, los éxitos personales se traducían de manera mucho más inmediata en fama y reputación.

Zinno se ha ganado a pulso y en tiempo récord el carnet de miembro de uno de los clubs más exclusivos, el de tricampeones del WPT. Solo Gus Hansen y nuestro Carlos Mortensen han logrado una hazaña semejante, y ambos pertenecen por ello al panteón de ilustres del poker mundial.

Al tercer mosquetero le está empezando a llegar ahora el merecido reconocimiento, que también el propio jugador se está trabajando, dejándose ver en otros festivales como la Grand Final del EPT.

En Mónaco, Zinno participó en su primer torneo de 100.000€. Puede parecer un gran salto para un recién llegado, pero Anthony lleva varios años jugando al poker en niveles similares sin llamar la atención.

Todas estas circunstancias, incluida la comentada mano que le echó del Super High Roller del EPT, sirvieron de guión a Lee Davy para la entrevista con esta sensacional aparición en el mundillo, publicada en PokerListings.

La súbita inclusión entre la élite del circuito

Todo ha sucedido bastante rápido. Siempre he jugado high stakes fuera del alcance del radar así que siempre me he sentido cómodo.

Es curioso. En Europa aún vuelo por debajo del radar. No soy Gus Hansen. Esto marca diferencias en cómo me debo adaptar a las mesas. Siempre tienes que estar atento a tu imagen en las mesas. Ha sido una transición asombrosa.

Ahora soy conocido en el mundillo y estoy jugando todos esos WPTs. Voy a seguir haciéndolo hasta que gane el cuarto.

Mi familia y amigos han llevado muy bien la transición. Varía tremendamente de jugador a jugador. Algunos necesitan demostrar a sus familias que el suyo es el camino correcto a seguir. En mi caso, fue diferente. 

Repercusión familiar

Cuando acabé Derecho y empecé a jugar al poker, a mi familia le pareció perfecto. Sabían que yo no tengo una personalidad adictiva. Que tomo buenas decisiones. Esperaban que triunfara. Sé que es una afirmación arriesgada, pero así era como se sentían.

De adolescente, yo era un friki, así que no me andaba metido en fiestas y borracheras. Era más bien un ratón de biblioteca. A lo mejor es que nunca ha estado en mi naturaleza ser un chico malo. Alguna gente lo lleva en la sangre, necesitan ese chute de adrenalina.

Tengo un gran respeto por la gente que necesita ese subidón a diario. Apuestan a todo, nunca dejan de contestar el teléfono y tienen que tener mucho cuidado. No es algo natural. No estamos diseñados para ira a cien por hora todo el día, Lo encuentro muy intrigante.

Mónaco y el 62o

Fue muy excitante jugar mi primer 100K€. Tuve un buen día 1 y embolsé un stack en la media. Me encontraba cómodo jugando con esta gente. Ya he jugado más veces contra gente como Scott Seiver. Nunca me sentí inferior.

Al principio de la mano en cuestión, tenía unas 60 ciegas. Las ciegas eran 4k/8k/1k cuando Max Altergott abrió a 18k, y Thomas Mühlöcker se limitó a pagar en el cutoff.

Cuando me llegó a mí en la ciega grande, me decidí por una jugada de gran varianza. Solo llevaba 26o, pero parecía una buena situación para un squeeze.

Altergott iba a tener que decidir por todas sus fichas, así que subí a 75k, que es una subida muy grande, pero estos tipos nunca habían jugado contra mí, acababan de llegar a la mesa.

Altergott foldeó de inmediato y el tipo que había completado, que me tenía cubierto, parecía incómodo cuando pagó. El bote tenía ahora 180k.

En la mayoría de mesas me hubiera rendido, pero el flop fue  Td4c3s. Es casi lo mejor que puedes flopear con 26. Es una mesa en la que presumiblemente él no puede pagar todo su stack, porque no paga preflop con demasiados dieces.

Fui all-in e hizo call con trío de dieces. Si vas a hacer esa jugada, el 100K€ es el sitio para hacerlo. Hay tanto en juego. Tiene que pagar con el 80% de su stack y eso es mucha equity.

Todos mis amigos me empezaron a mandar mensajes diciendo que las crónicas estaban mal. Y yo “no, llevaba 26”. Creo que era la situación adecuada y no me arrepiento.