Cuando apenas hace un minuto que Toby Stone ha dado la orden de empezar a repartir cartas, Steve Enriquez ya ha encontrado la mano que le permita doblar la corta pila de fichas con la que volvía, volviéndose a meter en la pomada.
La mano la abría Haritz desde posiciones tempranas, y desde la ciega grande, Steve mandaba al centro del tapete sus 70.000 puntos.
Casi comprometido con el bote, el tolosarra hacía las cuentas, y decidía pagar con 22, esperando flipear, pero no fue así. Steve mostraba pareja de dieces, que aguantaba en las comunitarias para doblarse a la