El otro día cené con un amigo del poker por Pac8
Mi gran pasión siempre ha sido el basket, pero hace mucho tiempo que me di cuenta que lo verdaderamente grande del deporte, afición o frikada es que te pone en contacto con gente que nunca habrías conocido en tu pequeño mundo. Gente que no tiene en principio nada que ver contigo pero que luego acaban siendo grandes amigos y los que te enseñan a que el mundo es más que tu pequeña nuez.
Esto es aun más valido para el poker porque no se ha dado el caso de que conozca a alguien que se lo tome en serio y no sea un personaje muy interesante. Sólo hay que ir a un torneo en vivo para conocer a toda una retahíla de craks, personajes y figuras.
Hay de todo… desde el señor de mediana edad antiguo cliente del casino, al crío que llegó del juego de rol, los que viven el poker como una calculadora o el gambler degenerado que juega por instinto, pasando por el fantasma con capucha, el que aparece rebozado en publicidad de casinos web y el que lleva unas gafas que darían para reponer la luna de una pastelería porque así piensa que intimida a la mesa… la lista es larga e interesante…
Por supuesto no todo es de color de rosa… también tenemos una larga lista de cualidades no tan fascinantes, como vanidad inmensa, ego desmesurado, desprecio por el dinero, mucho vicio y tendencia a cagar sentencias. Pero hasta las mierdas secas son unos personajes cuando se comportan como unos maleducados y/o sabelotodos… Lo único que no hay aquí es gente sosa.
Todo esto viene a que el otro día cené con un amigo del poker. La historia os sonará (por lo menos en las partes más normales). Dos jugadores animados por unas copas de vino y disfrutando de estar en compañía de otro de su misma especie. Otro enganchado como el de las cartas que no fruncirá el ceño si le dices que te llevas el portátil al baño a hacer de vientre (vamos… a cagar) por si vienen los AA cuando estamos obrando (así lo decía mi abuela, ¿Qué pasa?). Si aun juegas en un ordenador de mesa el equivalente es tener a mano una botella vacía de Nestea para los alivios líquidos...
Batallitas, proyectos, cotilleos, torneos pinchados, burbujeados y manos de cash se unen a anécdotas y gracias a dios pocas historias de bad beats (no porque no las tengamos, sino porque nos volvemos civilizados y procuramos no aburrirnos con nuestros lloros). Lo estamos pasando bien, hemos sacado un portátil entre las chuletas y la ensalada para ver entradas memorables en blogs y ya de paso procedemos a ponerles comentarios procaces…
Como decía lo estamos pasando bien, pero como se que se está separando de su pareja cuando lo veo oportuno le pregunto por el tema… su respuesta me sorprendió.
“Pues la verdad es que debería de estar mucho peor de lo que estoy… es solo un bad beat más…”
Mi primera impresión fue pensar…
“joder… que exagerados somos los jugadores que todo lo expresamos con símiles de cartas… ¿que será lo siguiente? ¿Evaluar la satisfacción post coito con jugadas?”
“¿Te gustó el polvito cariño...?
Pueesss… como una trucha de cuatros en un flop con demasiadas picas…”
Volviendo al restaurante su posterior comentario fue muy interesante…
Fue algo así como:
“Ya he pasado más veces por situaciones parecidas, pero la diferencia es que esta vez gracias al poker asumo las cosas mejor. El poker te enseña a evaluar la situación y a ser realista”.
No puedo estar más de acuerdo. Las rupturas sentimentales son especialmente difíciles porque saber donde estamos nosotros es complicado y ellas casi imposible.
Un jugador de poker no vive en los mundos de yuppi. La vida es dura. El chico no siempre gana como en las pelis, y menos se queda con la cachonda. Las truchas de A son destrozadas por colores runner runner visionarios y los proyectos de casi 20 outs a veces se completan y otras no. No es la primera ni la última vez que te visitará el fracaso (en cada 100 manos).
El poker te enseña a asumir las desgracias. Muy a menudo uno de sus dos outs tendrán el feo detalle de aparecer en el river… hay que ser flexible y doblarse como los juncos para no romper.
Nuestra conversación siguió por esos derroteros, en como el ser jugador de poker nos hace ser más tolerantes, más flexibles, más diplomáticos (no hay EV+ en mandar a tomar por culo a nadie… que la vida da muchas vueltas) menos coléricos (control de tilt), a despersonalizar las cosas (no todo el que te da por saco tiene algo personal contra ti), mejores comerciales y demás…
Eso me hizo pensar… ¿Me ha cambiado el jugar al poker? ¿Soy más analítico, más realista? ¿Me adapto más a situaciones que no me favorecen? ¿Me quejo menos de mi mala suerte? ¿Lloro menos? ¿Hago las cosas en mi vida “civil” sin esperar resultados inmediatos, sino sabiendo que el EV+ se presentara tarde o temprano?...
Creo que la respuesta es un rotundo sí… No me voy a tirar el pisto de que me he convertido en un superhombre que levita en su autosuficiencia porque mis nudillos y el mobiliario de mi cuarto aun dicen lo contrario. Pero el ratio
puñetazo /armario/nudillo dolorido/ tacos / pensamiento “¡macho, no tienes solución, es que encima de que te pelan eres tan tonto como para autolesionarte!” no es el que era el año pasado… (os lo creáis o no… tengo este ratio metido en el Tracker ; )
Los jugadores siempre tenemos nuestra espada de Damocles encima.
Dejarnos dominar por el vicio, perder el bank y la sombra de la ludopatía.
Los que no juegan nos atacan con ella a todas horas.
¿Pero sabes lo que te digo? Que si su espada es gorda, la nuestra lo es aun más…
Es indudable que el poker nos mejora como personas. Cuanto mas juegas (bien, claro esta) mas afinas un montón de cualidades positivas.
No debemos nunca dejar de tenerlo presente. Es más… hay que esgrimirlo en defensa de nuestro deporte siempre que nos sea posible.
El poker debería de ser obligatorio en la escuela, porque es una fuente inagotable de autoconocimiento y mejora personal.
Obviamente no estoy descubriendo nada. Sklansky lo relata maravillosamente en su artículo
“El poker es bueno para ti”.
Para aquellos que no lo leyerais, es un artículo en el que se exponen todas las cosas positivas que el jugar al poker nos genera. Pero si lo habéis leído es igual. Volverlo a leer porque en el poker como en la vida si el texto es de calidad deberíamos de releerlos a menudo. En cada nueva lectura de los clásicos, sea el Quijote, Delibes, Sklansky o Caro encontramos nuevos niveles y matices …
El artículo de Sklansky es extenso, y se haría muy largo comentar cada punto, así que me despido de vosotros sencillamente enumerándolos.
- El poker es un gran maestro.
- El poker desarrolla tus hábitos de estudio.
- El poker desarrolla tus habilidades matemáticas.
- El poker desarrolla tu pensamiento lógico.
- El poker desarrolla tu concentración.
- El poker desarrolla tu paciencia.
- El poker desarrolla tu disciplina.
- El poker te enseña a valorar la importancia del largo plazo.
- El poker te enseña que renunciar a un beneficio es lo mismo que aceptar una pérdida (y viceversa).
- El poker te hace más realista.
- El poker te enseña a ajustarte a situaciones cambiantes.
- El poker te enseña a tratar con gente diversa.
- El poker te enseña a evitar prejuicios raciales, sexuales y de otro tipo.
- El poker te enseña a afrontar los fracasos.
- El poker te enseña a despersonalizar los conflictos.
- El poker te enseña a planificar.
- El poker te enseña a tratar con gente astuta.
- El poker te enseña a elegir la mejor “partida”.
- El poker te enseña las ventajas de decir la última palabra.
- El poker te enseña a centrarte en lo realmente importante.
- El poker te enseña cómo aplicar las teorías probabilísticas.
- El poker te enseña cómo llevar a cabo análisis de riesgo-recompensa.
- El poker te enseña a situar las cosas en su contexto y evaluar todas las variables.
- El poker te enseña cómo “meterte en la cabeza de la gente”.
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