El futuro de la mayoría de nuevos jugadores por spainfull

Anónimo | 17/09/09

Aunque suene un poco duro, la mayor parte de las personas que se inicien a jugar al póquer, en dos años ya no lo seguirán haciendo (salvo alguna partida ocasional, se entiende). Este artículo tiene en mente todos aquellos que ven en el póquer una manera de, a medio plazo ganar dinero consistentemente y a largo plazo quizás algo más. No confundir con los que ven este juego como algo entretenido con el que pasar un rato y, si hay suerte, tener un poco más para desfasar el fin de semana.

Sin duda, influidos por la imagen que intenta transmitir la publicidad de la mayoría de salas de póquer: dinero fácil, diversión a raudales, chicas joviales, glamour…, una parte de los nuevos jugadores prueban suerte en las mesas, muchos de ellos como quien lo haría en un bingo. Tras perder cierta cantidad de dinero (porque a pesar de que puedan ganar al principio, al final siempre acaban perdiendo), unos lo dejan y otros descubren foros y webs donde se habla de estrategia, bankroll, etc.

Una vez que empiezan a leer información sobre cómo jugar y encarar esta actividad para tener mayores garantías de éxito, se encuentran con un panorama que dista mucho de la idea que se habían hecho al principio. O se dan cuenta de que necesitan dedicar tiempo al estudio y mejora de su juego o piensan que las salas están amañadas. El primer tipo es el que tiene garantías de lograr su objetivo, pues buscará la forma de solucionar sus problemas. El segundo tipo tiene todas las papeletas para el fracaso, porque se limitará a echar las culpas a los demás de su situación y no hará nada efectivo para remediarlo. Es fácil predecir que el futuro de la mayoría de estos últimos es la fila de donantes a cambio de un bocata.

Ojo, ni mucho menos quiero decir que sea aburrido, especialmente al principio. Esta primera etapa es una de las más agitadas y emocionantes, es similar a cuando empiezas a conocer a una chica. Quieres estar siempre con ella, no te cansas de hacer cosas juntos, te interesa lo que te cuenta, vas subiendo niveles de tocamiento poco a poco (si vas muy rápido, mayor probabilidad de busto), sientes como mariposas en el estómago y piensas que durará para siempre.

Y ni mucho menos me atrevo a afirmar que, aunque la mayoría de pros dicen que se aburren jugando, en la fase de matrimonio todo sea tan malo (o sí). Intentas cualquier excusa para no estar con ella, buscas actividades que puedas hacer solo, cuando te habla ya ni escuchas, hace mucho tiempo que estás en el mismo nivel de tocamiento (siempre te parece escaso y para subir te das cuenta que vas a tener que hacer una escapada de bank), sientes como arcadas en el estómago y piensas que ojalá acabe pronto esta mierda.

Pero no tan rápido, antes de llegar a ese momento tan dulce quiero hacer especial hincapié en la situación intermedia, es decir, cuando se pasa la fase de enamoramiento y se juega en un nivel en el que ya se puede ganar algo pero queda lejos siquiera pensar en dedicarse profesionalmente al póquer. Depende de los casos, pero podría aproximarse a jugar NL50 más o menos (o similares). Los rivales son mejores y se precisa más para ganar y subir al siguiente escalón; además, el nivel medio está subiendo día tras día y requiere (y requerirá) otro esfuerzo adicional.

En este punto (y un poco más arriba), se encuentran muchos jugadores que consiguen sacarse un dinero extra enfrentándose a rivales que se dedican exclusivamente a esto. Es un obstáculo importante, se está en inferioridad de condiciones al no disponer del mismo tiempo (estoy suponiendo que se trabaja o estudia) y llega un momento en que o eres casi un genio o necesitas una gran capacidad de sacrificio para poder compaginar todo. Es recomendable tener vida también…

A pesar de que sigue habiendo atunes suficientes, cada vez más, especialmente conforme se suben niveles, para ganar por hora lo justo para que compense, es necesario jugar, repasar manos, estudiar, hacer números en diversas situaciones, analizar el juego de los rivales, etc. Por todo esto, muchos son los que llegados a este punto deciden que les exige demasiado y abandonan. Esta circunstancia es frecuente que llegue tras una mala racha continuada. Es duro ver cómo el tiempo que no empleas en otras cosas que te gustan más no te da los frutos esperados. Así que para sufrir y no ganar, te dedicas a otra cosa menos estresante, como la papiroflexia.

Por supuesto que hay gente que llega arriba y consigue dedicarse al póquer profesionalmente, pero son los menos. Hay que tener ciertas cualidades, dedicación y estar dispuesto a cambios bruscos si cambia la situación (o alternativas válidas): legislación, prohibiciones, crisis en el sector… Para los que estamos en el vagón de en medio, los que jugamos de vez en cuando y nos sacamos para caprichos, es importante que lo que hacemos nos guste. Aún así, es probable que el día menos pensado dejemos las mesas para otros, normalmente sin arrepentirnos de haber conocido este apasionante juego.

Con este artículo no he querido ser un aguafiestas, ni ser negativo, ni desanimar a quienes estén empezando; simplemente he pretendido reflejar la realidad para que nadie se lleve sorpresas y diga que no era lo que le habían prometido. Con interés, esfuerzo y dedicación, se puede sacar un buen sobresueldo. Sin nada de lo anterior, seguramente una pérdida de tiempo (aunque más divertida y saludable que ver la tele).

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