Ya sabemos qué hizo Phil Ivey en el Crockford Casino: ¿trampa o picardía?
Hace ya más de un año, nos enterábamos de un escándalo ocurrido durante la celebración del EPT de Londres, y que protagonizaba el considerado como mejor jugador del mundo de poker, Phil Ivey. En dos visitas al Casino Crockford de Londres, el más antiguo de la ciudad situado en el barrio de Mayfair, el jugador americano, acompañado por una misteriosa jugadora asiática, logró levantar nada menos que 12 millones de euros en una mesa de límite astronómico de punto y banca.
El jugador americano fue incapaz de retirar sus ganancias, acusado por la dirección del casino de haber realizado trampas. El personal del casino transfirió a su cuenta un millón de libras, es decir, la cantidad que él mismo había transferido a la caja del establecimiento para poder jugar, pero el resto del dinero lo dejaron bloqueado alegando el cierre de las entidades bancarias en la capital inglesa. A la postre, no fue más que una maniobra para ganar tiempo.
Cansado de esperar a recibir su dinero, Ivey interpuso una demanda contra el casino más antiguo de Londres, y como caso excepcional, realizó unas breves declaraciones para The Independent, donde se mostraba claramente contrariado.
En aquel momento, me dieron un recibo por mis ganancias pero me ha sido retenido el pago. Por tanto, siento que no me han dejado otra alternativa que tomar acciones legales.
Pero por si esto no fuera poco, el culebrón entre Phil Ivey y el Casino Crockford todavía no ha llegado a su fin, ya que ahora es la dirección del mismo quien se intenta justificar explicando los motivos que le llevaron a bloquear el pago al jugador americano. Atentos porque la situación seguro que da para un buen debate.
Según hemos podido leer recientemente a través de Dailymail vía Pokerfuse.com (enlace de suscripción), un portavoz de Genting, empresa propietaria de Crockford London, ha querido dar sus explicaciones particulares sobre los motivos que les llevaron a retener el dinero del astro del poker mundial.
El casino londinense “acusa” a Ivey de hacer trampas, pero ¿qué tipo de trampas se pueden hacer en un juego en el que el jugador no toca en ningún momento las cartas? Al parecer el factor determinante del que Ivey presuntamente se pudo aprovechar, fue del dibujo de las cartas en una de sus esquinas. Según asegura Crockford, el americano pudo detectar algún tipo de marca, que le ayudara a la postre a ganar semejante cantidad de dinero, asesorado además por la misteriosa jugadora asiática de la que hablábamos al principio, y que con anterioridad ya había sido expulsada de otros casinos británicos por motivos que no han trascendido.
El propio Dailymail ha confeccionado una ilustración, que explica de forma algo más intuitiva la supuesta “jugada” que llevó a Ivey a ganar más de 7 millones de libras. La clave está en la asimetría de algunas cartas en el reverso de sus esquinas inferiores:
Explicamos brevemente lo que cuenta este esquema. Para el que no esté muy familiarizado con el punto y banca, aclarar que los ochos y los nueves son las cartas más valiosas de ese juego. Cada vez que uno ocho o un nueve aparecía en la mesa, Ivey pedía al crupier que le diera la vuelta a la carta, alegando una superstición de su acompañante asiática. De esta forma, cada vez que ese naipe volvía a aparecer sobre la mesa, el americano sabía qué carta era, y por lo tanto, era consciente de su conveniencia.
Visto esto, el debate queda servido: ¿se puede considerar esto una trampa? ¿Hasta qué punto se puede considerar un error del propio casino? ¿Podrían estar implicados los crupieres? ¿Será que la picaresca española ha llegado al Reino Unido? Opinen ustedes mismos.
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