Se desata la polémica en torno al evento de 1.000.000$ de las WSOP 2012
Hace unos días comentábamos el anuncio en las WSOP de un evento que se celebraría en las WSOP 2012 con 1.000.000$ de buy-in.
Este torneo, que tiene fines parcialmente solidarios, donará el 11.1% de la bolsa de premios total a la ONG One Drop, cuyo objetivo es intentar garantizar el acceso a agua potable por todo el mundo.
Este evento, cuyo aforo está en principio limitado a 48 jugadores, ya tiene confirmada la asistencia de varios de los jugadores con más renombre del mundo.
Nombres como Johnny Chan, Gus Hansen, Tom Dwan ‘durrrr’, Patrik Antonius o Daniel Negreanu se sentarán en las mesas en busca del título y el brazalete de platino diseñado exclusivamente para la ocasión.
Pero no todo es tan halagüeño en lo referente a este evento. Varios jugadores conocidos se han pronunciado en contra de la naturaleza del torneo:
En labios de Liv Boeree:
"No hay forma de jugar este evento, ni siquiera mediante un satélite. Así que, básicamente, los participantes serán jugadores de super high-stakes y millonarios que fundaron empresas de poker hace años. Eso es todo. Van a ser como ver un episodio de Poker After Dark.
Una persona va a llevarse el mayor premio de la historia por ganar un torneo. Enhorabuena para él, ya era billonario antes."
Vanessa Selbst es más crítica aún:
"Es completamente ridículo y elimina de un plumazo el misticismo de los brazaletes. Es una ruina para los récords en el poker. Esto ya se les ha ido de las manos. Creo que los torneos de 100.000$ ya son bastante absurdos."
Otros, como Maria Ho, ya son fans del proyecto:
"Creo que es genial. Los jugadores de poker están entre la gente más generosa que conozco. Claro que hay algo en juego, pero al mismo tiempo están donando una parte importante a una organización benéfica. Admiro a este tipo de gente, y espero ver más cosas como ésta en el futuro, en la que se puedan mezclar competición saludable con una gran causa."
A título personal, estoy más en sintonía con Liv y Selbst que con Maria.
Creo que este tipo de torneos no hace ningún bien a la imagen del poker en general y ayuda a que siga persistiendo esa imagen chabacana del poker: salas oscuras, puros y cantidades indecentes de dinero.
El hecho de que el que va a ser probablemente el mayor premio de la historia provenga de un torneo de 1.000.000$ de buy-in con 50 jugadores habla mal de lo que quiere considerarse a toda costa "un deporte mental".
Además, la comunidad de jugadores de poker, tanto aquellos que buscan su plaza para los eventos grandes a través de los satélites, como las caras conocidas habituales del circuito, como las propias Liv o Selbst, se sentirá completamente excluida de este evento. Dudo que muchos de los que juegan habitualmente a poker en casa vayan a sentirse identificados con los empresarios anónimos que disputen el torneo.
El interés que generará un acontecimiento como éste será el de los números. Un 11.1% de 48.000.000$, que es la hipotética bolsa de premios que se alcanzaría con el aforo completo (que casi seguro se llenará), supone algo más de 5.000.000$.
No cabe duda de que es un gran gesto solidario, pero iniciativas como la de Haiti o la de Japón van mucho más en la onda de lo que creo que debe ser una iniciativa solidaria. Una iniciativa como ésta produce más bien un regusto agridulce.
¿Cuántos de los que jueguen pagarán la entrada de su propio bolsillo? ¿Cuántos son auténticos gamblers (¿qué banca hay que tener para jugar este torneo?) que sólo buscan pelar a los fishes más adinerados del planeta?
¿Cuánta gente dejaría de jugar el Main Event de las WSOP si se sustrajeran 500$ de su buy-in para destinarlo a una organización benéfica? El año pasado se hubieran recaudado 3.659.500$. Y Duhamel se hubiera llevado unos 8.500.000$ en vez de 8.944.310$. ¿Acaso no hablaría mucho mejor esto de la "generosidad" de los jugadores de poker?
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