El radar del día 7 en el Main Event de las WSOP: desvelados los November Nine

El día 7 del Main Event de las World Series of Poker en Las Vegas es el más importante en la carrera de 27 jugadores llegados de todas partes del mundo.

De la reducidísima zona de torneos del casino Rio, desierta si se compara con la febril actividad de semanas pasadas, tenían que salir camino del cajero 18 jugadores más costara lo que costara. Ayer se terminó de jugar antes de lo previsto, pero la cercanía de la mesa final cambió el cuento y hubo que apurar niveles extra para cerrar el expediente.

Esta es la jornada en la que los November Nine recibirían nombre y apellidos.

Si alguien pensaba que en la víspera había quedado sentenciado algo estaba bien equivocado. El chipleader Anton Morgenstern, que disfrutaba de una cómoda ventaja no volverá en noviembre, a no ser como espectador. El shortstack David Benefield, en cambio, si estará.

Así de cruel y así de bonito es el poker, aunque el cruel fue el único que vivieron en este día 7 el francés Benjamin Pollak y el holandés Jorn Walthau, que duraron apenas un órbita.

El canadiense Jason Mann antecedió a un Steve Gee que jugó como una roca para terminar envidando con  Td7d y caer eliminado ante el megachipleader alemán, que tenía 88 y se ponía en 30 millones de puntos. Así se terminaba el intento de repetir mesa final del estadounidense, en 24º lugar.

El segundo de los franceses, el chipleader del día 1B Clement Tripodi, se levantó de su silla en cuanto empezó el segundo nivel, seguido a no mucho tardar por Yevgeniy Timoshenko.

En este punto Morgenstern empezó a vivir su particular pesadilla, después de perder el liderato, doblar a Mark Newhouse en un flip y que este mismo jugador le flopeara full con 22 en una mesa AA2 que le daba trío de ases al alemán.

Aunque no sirviera de ningún consuelo, Anton también vio caer del altar a su más directo perseguidor de la víspera, Chris Lindh. La clasificación había sufrido un vuelco y Newhouse, el canadiense McLoughlin y el francés Loosli eran los nuevos gallos del corral.

Anton Morgenstern no llegaría a la cena, como no lo conseguirían ni Maxx Coleman ni James Alexander, que fue el 19º clasificado y provocó un nuevo sorteo de mesas.

Sylvain Loosli quedó como el único bigstack de su mesa, con el errático Newhouse de vuelta a las profundidades y un montón de stacks medios que incluían a Mortensen y a David Benefield. En la otra mesa, Marc McLoughlin, J.C Tran, Jay Farber y Amir Lehavot rondaban los 18.000.000 y se enfrentaban a los dos shortstacks, Jan Nakladal y Chris Lindh.

Con este desigual reparto no es de extrañar que las siguientes eliminaciones llegaran en esta segunda mesa, donde hubo limpieza de shortstacks: Jan Nakladal y el argentino Fabián Ortiz primero y Chris Lindh unas órbitas más tarde.

Un nuevo nivel pasaba a los registros y Loosli había aprovechado su privilegiada posición en la mesa para superar los 30.000.000 durante algunas manos. En la otra mesa, Matthew Reed, Sergio Castelluccio y Mark Newhouse eran los nuevos objetivos de los cuatro bisgstacks.

Las rígidas riendas de Loosli habían dejado muy expuesto al brasileño Bruno Kawauti, cuya torcida estaba siendo un verdadero espectáculo en la grada. Bruno, en plena fase de push o fold, disfrutó de un breve éxito hasta que encontró un cliente, un también apurado Rep Porter. Kawauti parecía haber logrado su objetivo, cuando se destaparon sus TT y los 77 de Porter, pero cayó un 7 en el flop.

En la otra mesa, el italiano Sergio Castelluccio no duró mucho más. Los estadounidenses, que se habían quedado en minoría en la víspera, pasaban a dominar 7 a 6, y el desequilibrio aún sería más exagerado después de que Loosli dio cuenta del canadiense Alexander Livingston.

La mesa final ya estaba muy cerca y la docena de supervivientes se aferraba a la mesa. El único con ganas de cambiar de ritmo parecía Ryan Riess, que se llevó por delante a Rep Porter, y J.C. Tran... J. C. Tran solo tiene un ritmo, atizar sin parar, y se puso líder con más de 30.000.000 de puntos.

Como se sospechaba, hubo que seguir jugando otro nivel más, con Mark Newhouse y sus nueve ciegas en el punto de mira para reunir a los 10 últimos jugadores del torneo alrededor de una sola mesa. Newhouse evitó a sus cazadores durante una órbita más, en la que Matthew Reed intentó un robo con all-in directo desde el botón y se topó con las QQ de Tran, que pinta como muy favorito para ser el nuevo campeón del Main Event y más con sus 40.000.000 de puntos.

El nuevo sorteo para la mesa final oficiosa le otorgaba al español Carlos Mortensen un papel protagonista: él sería la ciega grande en el botón del shortstack Newhouse. "El Matador" no se contentó con esperar a la caída de un rival más y "El Matador" se involucró en una buena cantidad de botes.

La verdad es que no ganó tantos como debería y llegó a un turn 3T69 con tres tréboles, iniciativa y 3.800.000 puntos detrás, más o menos el tamaño del bote. Ese turn le daba pareja y proyecto de color a su A9, suficiente para pagar el all-in de J.C.Tran, que había pinchado la tripona con 78. El river fue un 2 rojo y ahí se terminaba la etapa veraniega de este Main Event de las WSOP 2013, que se reanudará en noviembre con J.C. Tran liderando a los November Nine.