Phil Laak llega tarde al One Drop: “Fue como quemar 13.000$”
A la hora de comer en el Pacífico norteamericano, un Range Rover coqueteaba con los límites de velocidad del casco urbano de Las Vegas. A su volante iba el jugador de poker profesional Phil Laak, camino de tomar asiento en el día 2 del One Drop High Roller Tournament, que ya estaba en marcha.
Phil había cometido un error, no había comprobado la hora de comienzo del torneo. El día anterior le había preguntado a un crupier y este le había dado la información equivocada.
Pero la culpa era solamente suya, como le reconocía el jugador a CardPlayer.
El peso de la culpa está en mí, pero esa es la mentalidad de Phil. A veces no compruebo las cosas y acabo metido en situaciones como esta. A veces ocurren accidentes.
Una llamada de su amigo Antonio Esfandiari redujo el retraso a media hora y le salvó unas cuantas fichas pero, cuando llegó, su stack ya se había visto afectado por el cobro de las ciegas y los antes y constaba de menos de 50 ciegas.
El ICM permite asignar un valor económico a las fichas en cualquier fase de un torneo y Laak tiene una idea aproximada de la equity perdida.
He calculado la cifra, y probablemente me haya costado unos 13.000$, por la cantidad de ciegas y antes que me he perdido. La erosión de mi stack me hace sentir como si hubiera estado quemando dinero.
Como siempre, su camarada Esfandiari no perdió la ocasión para burlarse de Laak y estuvo haciendo apuestas en sus mesa sobre si Phil había tenido tiempo a ducharse o si llegaría sin haberse cepillado los dientes.
La tardanza de Laak, además de enseñar una lección muy valiosa en piel ajena, no llegó a pasar de anécdota, ya que Laak se recuperó enseguida y siguió metido en la pelea por el torneo hasta el punto de estar muy bien situado para entrar en premios.
La trascendencia del torneo es la que convierte esta anécdota en noticia, pero la peripecia de Phil palidece frente a otros casos recogidos en los libros de historia de las WSOP.
En el Main Event del año pasado, un jugador extremadamente religioso llamado Jarrett Nash eligió abandonar su stack en el día 5 del torneo, ya en el dinero, porque sus creencias le impedían jugar en sábado. Terminó en la posición 171ª, con un premio de 45.000$ y sin que sus manos tocaran una sola ficha más desde la víspera.
Más grave fue el caso de Stu Ungar en el Main Event de 1990. Nuestra sección exclusiva para Twitter #HoyHaceUnAño recuerda este 28 de junio la historia de cómo Ungar no se presentó a defender su liderato en el segundo día de juego.
Al encontrar imposible contactar con él, le fueron a buscar a su habitación, donde fue encontrado víctima de una sobredosis de drogas. Sus fichas, aún así, llegaron hasta la mesa final, donde se agotaron finalmente con solo ocho jugadores más vivos en el torneo.
La dirección del torneo y los folletos informativos impresos por la organización están para algo. Comprueba siempre estas pequeñas cosas. Conocer a la perfección el horario de juego y saber identificar los niveles clave en la estructura del torneo son detalles tan importantes y automatizables como ajustar el rango preflop en UTG.
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