La victoria de Steve O’Dwyer será recordada durante mucho tiempo
Finalizó uno de los platos fuertes de esta PokerStars Caribbean Adventure. El $100.000 Super High Roller coronó anoche a Steve O’Dwyer como su nuevo campeón, sucediendo al germano Fabian Quoss quien logró la victoria un año atrás.
De esta forma, O’Dwyer se une a nombres como los de Dominik Panka o Martin Finger, los cuales han sido capaces de ganar tanto un evento principal del European Poker Tour, así como un High Roller o un Super High Roller del mismo circuito, algo que está al alcance de muy pocos.
Además, la gesta de O’Dwyer tiene un plus de complicación, ya que significa para él la segunda victoria consecutiva en un evento de alto buy-in, después de que el pasado mes de noviembre ya ganara el Super High Roller del APPT-ACOP Macao, en el cual se embolsó 1.811.638$. Éste significó el mayor premio de su carrera hasta el momento, cifra que ha pasado a un segundo plano, después de que ayer se embolsara 1.872.580$.
Repasemos a continuación cómo se fraguó esta victoria, ya que a lo largo de la jornada hubo momentos que serán recordados y comentados a partes iguales.
Las cuentas de los siete aspirantes en el momento de reanudar la acción estaban de la siguiente manera, liderados todos ellos por un Sorel Mizzi que solo tenía la victoria entre ceja y ceja.
Jugador | Puntuación |
---|---|
1. Roger Sippl | 3.255.000 |
2. Bryn Kenney | 2.410.000 |
3. Andrew Robl | 1.370.000 |
4. Sorel Mizzi | 4.800.000 |
5. Christoph Vogelsang | 1.540.000 |
6. Sam Greenwood | 705.000 |
7. Steve O'Dwyer | 2.925.000 |
La criba de aspirantes no tardó en saldarse la primera víctima. Bryn Kenney se encargó de eliminar a Andrew Robl en séptima posición, cuando este se restaba en un board Qc7c3d5h con su QhJh ante el Ac8c de Kenney, quien completaba su proyecto en el river al aparecer el 6c.
Poco más aguantaría en pie un moribundo Sam Greenwood que llegaba a esta última jornada de competición muy necesitado de puntos. A la primera de cambio que le llegó una mano lo suficientemente jugable como fueron sus 6d6c en un spot bastante favorable, el cual abría Mizzi y recibía el “call” de Vogelsang desde la ciega pequeña, Greenwood en la grande decidía mandar al centro de la mesa sus últimas 19 ciegas. El canadiense se vio dominado por los 9c9d de Vogelsang quien le acababa eliminando en sexta posición, mientras el germano daba un salto hacia las primeras posiciones de la tabla.
Fue entonces cuando empezó el momento de gracia para Roger Sippl, a quien Vogelsang no recordará con especial cariño si bien es cierto a que el teutón no perdió la sonrisa en ningún momento, pese a los dos encontronazos que tuvo con él.
Sippl se doblaba por primera vez a costa de Vogelsang cuando éste decidía defender su ciega con QhTh para ver un flop 5h4h2h. Ambos jugadores se enzarzaban en una serie de subidas y resubidas, que acababan con Sippl en riesgo con su AhKs. El americano necesitaba un corazón y éste llegó en forma de Kh, lo que devolvía a Vogelsang a la última posición del grupo.
No hubo más opción de remontada para él. Minutos más tarde, con ThTc, Vogelsang se restaba ante la subida de Sippl con AcQh. Si con un 70% de posibilidades no fue capaz de ganar la mano anterior, imagina jugándose un 50%, tampoco. Las primeras cuatro cartas del board no entrañaron peligro alguno para Vogelsang, hasta que una Qc dejaba en cuatro la lista de aspirantes, no siendo el alemán uno de ellos.
Mizzi tampoco aguantó mucho más. El encargado de eliminarle fue el mismo que se llevó por delante a Robl, es decir, Bryn Kenney, quien no dudó lo más mínimo en pagar con AcJc el 3bet-push de Mizzi por apenas 16 ciegas. De nuevo una situación de 50% al ver los 2c2h en la que Kenney acabó conectando una escalera runner-runner en 6sTh4sQdKh para eliminar a Sorel Mizzi.
Se llegaba a un 3-handed con las cuentas bastante igualadas y Roger Sippl aún encaramado a la primera posición. Fue entonces cuando asistimos a las manos más llamativas de la mesa final y que seguro recordaremos durante mucho tiempo.
Lo primero que sucedió fue que Steve O’Dwyer, quien había permanecido bastante agazapado durante toda la final, se dobló a costa de Roger Sippl cuando el azar sirvió un “cooler” de KcKh contra QdQh a favor del irlandés, que se ponía en una situación muy favorable frente a dos jugadores mucho más cortos.
Fue entonces cuando llegó una de las manos más comentadas de la final. O’Dwyer completaba la ciega pequeña con 4h2h y ante el check de Sippl en la BB con 8c6c, ambos veía el flop 2s6h8s. A partir de este momento, O’Dwyer jugó al check/call el resto de calles; el turn fue un 8d que daba full a su rival y el river un 9c que aparentemente no cambiaba gran cosa. Al caer la quinta carta, Sippl decidía restarse por 2,2 millones. O’Dwyer se tiró un buen rato pensando, para finalmente “pagar la Fanta” con su dos, que lógicamente no ganaba a nada que no fuera un completo farol. Las cuentas se igualaban entre ambos jugadores, dejando a Kenney en un segundo plano.
No tardó el americano en decir adiós al que había autoproclamado como “su torneo”. Kenney se restaba desde ciega pequeña con KsQs ante la subida de Sippl en el botón. Por detrás, O’Dwyer al que le habían repartido TdTc decidía pagar la apuesta de Kenney, quien no encontró mejora en las comunitarias dejando servido de este modo el heads-up por el título.
Fue un heads-up en el que se impuso la lógica. Steve O’Dwyer empezaba con un stack muy dominante que le otorgaba una ventaja de 3:1, lo que sumado a su mayor experiencia le convertían en claro favorito, algo que el desenlace del torneo no hizo más que confirmar.
Después de unas cuantas manos en las que ambos aspirantes jugaron botes relativamente pequeños, se llegó a la que resultó ser la última. En ella Sippl abría el botón con JsTd a 450.000 puntos (en 80k/160k-20k), defendiendo O’Dwyer con AhTc.
El flop traía Qh8d8c. O’Dwyer decidió jugar al check/call ante la apuesta de 750.000 de su rival. En el turn aparecía el 2s, que ambos jugadores dejaron sin acción. El river resultó ser el 3s, ante el cual Sippl decidía anunciar “all-in” al momento por un total de casi 3 millones de puntos.
O’Dwyer no lo vio nada claro. Algo no acababa de cuadrarle. Se planteaba seriamente pagar la apuesta de su rival con A alto, aunque algo se lo impedía, sabedor que sería un paso en falso muy importante si en ese momento doblaba a su rival. Sin embargo, acabó haciendo caso a su instinto, pagando con A alto para ganar la mano, el bote y también el torneo.
Sin duda una mano que recordaremos durante mucho tiempo, la cual entregaba a Steve O’Dwyer, ganador de la Grand Final del EPT en 2013, el mayor premio de su carrera hasta el momento.
Jugador | Premio |
---|---|
1. Steve O'Dwyer | 1.872.580$ |
2. Roger Sippl | 1.344.420$ |
3. Bryn Kenney | 873.880$ |
4. Sorel Mizzi | 659.400$ |
5. Christoph Vogelsang | 512.160$ |
6. Sam Greenwood | 396.920$ |
7. Andrew Robl | 313.700$ |
8. Scott Seiver | 243.820$ |
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