Negreanu abunda en la discusión generada por Joe Hachem

La personal visión del poker actual que dio Joe Hachem a Bluff en los Aussie Millions ha generado un debate muy interesante sobre la falta de interés que despierta la nueva generacion de superestrellas del poker y su poca predisposición a contribuir al espectáculo y a la difusión del juego, personalizado en los últimos campeones de las WSOP.

Uno de los primeros en darle toda la razón a Hachem fue Daniel Negreanu, un jugador que es exactamente lo contrario, con una personalidad única y reconocible y siempre dispuesto a dejar caer una valoración, un comentario o una broma frente a las cámaras.

Es cierto que si hablamos de los Ivey, Greenstein, Brunson, Scotty Nguyen o Johnny Chan, todo el mundo tiene perfectamente dibujado en su cabeza un personaje particular, odiado o admirado pero lleno de interés.

Sin embargo, ¿cuántos serían capaces de reconocer en una foto a cualquiera de los high rollers alemanes que dominan el circuito hoy en día? ¿Cuántos pueden distinguir a Kurganov de Gruissem o Reinkemeier y, lo que es más importante, quién sabe siquiera una anécdota sobre alguno de ellos?

Ese es el mensaje principal de Negreanu, que en cuatro minutos es capaz de decir mucho más que otros en media hora, así que vamos directamente a la traducción de sus palabras.

Una de las razones por las que la gente juega al poker es por la libertad. A la hora de jugar y ganar un Main Event, es bueno que de ahí salga un buen embajador para el poker pero no es una obligación: algunas personas simplemente no quieren estar delante de los focos.

Muchos de los jugadores más jóvenes piensan en esto en términos de equity. ¿Para qué me sirve hacer esta entrevista?¿Saco algo de ella? A largo plazo, crear interés sobre el poker sube las cifras y atrae a más gente a nuestro juego.

Mantener un acercamiento sin escrúpulos hacia este tema, como el bumhunting que se da online, hará que las fuentes de ingresos se sequen

Si el ganador de un Main Event no lo hace, alguien tendrá que hacerlo.

La gente ve poker en televisión porque le llaman la atención los personajes. No es el poker, a nadie le interesa. Los comentarios, igual. Si te centras en los niveles más altos de pensamiento, ni siquiera los aficionados al popker te harán caso. Gente como Joe Stapleton o Norman Chad, ellos sí saben lo que hay que hacer, mantenerse amigables, cercanos y hacer bromas.

Los días de gloria han pasado. La gente que ganaba hace diez años venían de mundos muy distintos, con muchos tipos de historias, hoy en día las historias son muy similares y sin color.

Creo que el acercamiento erróneo, como ya he dicho alguna vez, es como el de algún grupo de directores de torneos, la seriedad. Lo serio es lo equivocado, la seriedad atrae a jugadores serios, que sacan de quicio a la gente que se quiere divertir.

Respecto al legado de los campeones de las WSOP. Cuando yo llegaba allí en los 90 y veía las fotos colgadas, decía “Wow”. Todos ellos tenían algo especial, excepto uno o dos quizá.

Eso ha cambiado, número uno por los números. Ahora juega un montón de gente, lo que implica muchos desconocidos y que ese legado se diluya un poco. y dos, cuando ocurren escándalos como el de Jamie Gold, el poker recibe un golpe. Pero no es nada irreversible.Un buen campeón de las WSOP, un buen embajador, puede hacer maravillas por el poker.

Merson no quiere estar en el candelero, prefiere grindar en las mesas de cash. Es su personalidad, y creo que ha hecho un esfuerzo, que es bastante. Riess, por lo menos, dio una frase contundente y resonante “soy el mejor del mundo”, y la gente se le echó encima. Él lo cree y se siente así y al menos no dio la típica entrevista intrascendente. Necesitamos héroes o villanos, lo importante es que se va a hacer conocido por ello.