La legalización del juego online en EE.UU. a debate en el supercomité contra el déficit

Cada vez son más los estadounidenses que ven el "supercomité" para el recorte del déficit, con miembros de los partidos demócrata y republicano, como la mejor oportunidad para impulsar la legalización del juego online en EE.UU.

Con todas las encuestas indicando que los republicanos se harán con el poder, cualquier nuevo intento de sacar adelante una legislación del juego online podría retrasarse durante varios años.

El supercomité contra el déficit presentará a finales de noviembre una serie de medidas que se votarán en las cámaras legislativas con un procedimiento express.

Hasta ahora, lo único que se ha logrado alrededor del supercomité es demostrar cuán lejanas están las posturas de los partidos demócrata y republicano. Los demócratas quieren basar el recorte del déficit en una subida de impuestos a los más ricos y en la reactivación de la pequeña y mediana empresa y los republicanos se niegan en redondo.

Incluso los intentos de reunirse bilateralmente para intentar discutir una agenda previa han resultado un fracaso. Debido a ello, han surgido iniciativas por parte de ambos partidos que se han hecho públicas en cartas abiertas que se harán llegar al comité unilateralmente.

Lo que ha despertado la esperanza de los jugadores norteamericanos es que ambos partidos han incluido la legalización del juego online en esas iniciativas. El republicano Joe Barton y el demócrata Barney Frank, cada uno por su parte, han entablado conversaciones con los representantes de sus partidos en el supercomité.

Si bien hay diferencias, como el alcance de la legalización, poker por un lado o cualquier tipo de juego por otro, los dos políticos coinciden en que la medida traería nuevos ingresos por la fiscalización del juego y creación de empleo.

Los senadores Reid, demócrata, y Kyl, republicano, han sido los protagonistas de la batalla política acerca de la legalización del juego en los últimos años. Ambos han sido nombrados miembros del supercomité y su apoyo sería ya no importante, sino quizá necesario.

Pese a los últimos acontecimientos, como la carta conjunta al Departamento de Justicia intentando frenar las legislaciones estatales del juego, que indicarían una actitud favorable a la propuesta de una legislación federal, las declaraciones de las últimas semanas de Reid y Kyl han enfriado mucho los ánimos. Kyl no estaría dispuesto a apoyar tal legalización y Reid ha declarado que ese tema está muy lejos de ser una de sus prioridades.

Otro dato para la desilusión es el desencuentro entre los grupos de presión, inherentes a la cultura política norteamericana. La AGA (American Gaming Association) no comparte el enfoque de la PPA (Poker Players Association), que pone más énfasis en los ingresos a generar que en la parte coercitiva de la legislación.

Un nuevo grupo de presión más cercano al AGA, Fair Play USA, también aboga por una legislación más enfocada al proteccionismo y a la prevención de problemas como la ludopatía.

Por ello, la AGA ha declarado que esperan que la legislación que llegue al congreso sea una más definida que la que quieren presentar Barton y Frank, basada en el proyecto de ley HR2366 que presentó Barton en junio.

La fecha límite para establecer la agenda del supercomité se cerró el viernes y la votación acerca de qué medidas se presentan a una votación en el congreso se realizará a finales de noviembre.