Kyllönen detalla el intento de hackeo sufrido en Barcelona
Durante el pasado European Poker Tour de Barcelona, el jugador de high stakes Jens Kyllönen denunció en los foros de 2+2 que alguien había intentado instalar un troyano tanto en su portátil como en el del rumano Ignat Liviu.
La información fue confirmada por el Director de Comunicaciones de PokerStars Lee Jones, que recomendó a todos los jugadores alojados en el Hotel Arts de Barcelona que extremaran la seguridad en sus ordenadores, llegando a recomendar el formateo de los equipos antes de jugar online.
Una vez pasado el primer sofoco, Kyllönen abrió un nuevo hilo contando de pé a pa todo lo sucedido en el hotel, para compartir la historia e intentar confirmar la veracidad de sus sospechas. Este es un somero resumen de lo sucedido.
Eliminado en los primeros niveles del día 2 del evento principal del EPT, el finlandés se va directo a su habitación. Su llave no funciona, por lo que baja a recepción. Al volver, se encuentra con que le falta el ordenador, un portátil voluminoso y pesado que no suele mover de la mesa.
Kyllönen se dirige entonces a las mesas de cash a buscar a su compañero de habitación, por si este sabe algo del ordenador. Su amigo dice que no sabe nada de eso, pero que su llave tampoco funcionaba un par de horas antes. De vuelta a la habitación, el portátil ha reaparecido mágicamente en su sitio. Kyllönen lo prueba y al encenderlo le aparece el pantallazo negro de apagado incorrecto de Windows.
El finlandés se pone en contacto con la seguridad del hotel, que le indica que las cámaras del pasillo no funcionan y no pueden comprobar quién se puede haber llevado el ordenador, si es que es verdad que en algún momento el portátil ha abandonado su sitio.
Tras la reunión, su llave vuelve a dejar de funcionar y su portátil vuelve a desaparecer. Reunido de nuevo con Laia, la enlace de PokerStars, esta recibe un aviso en medio de la conversación en el que le dicen que el portátil ha aparecido en el lobby del hotel.
En este punto, Kyllönen está seguro de que le han intentado hackear el ordenador, que les ha interrumpido la operación y de que la segunda desaparición del portátil ha sido para borrar las pruebas del delito.
Durante la siguiente madrugada, los dos compañeros de habitación reciben dos llamadas de teléfono que parecen tener la intención de comprobar si permanecen en la habitación, pese a haberse trasladado a otro alojamiento por miedo a encontrarse con los criminales.
Al día siguiente, Jens habla con la seguridad del hotel para ver si las cámaras del lobby han recogido la imagen del individuo que dejó el portatil allí, pero, siempre según su versión, el miembro del personal del hotel que le atiende no le ayuda en absoluto y cambia la historia, diciendo que el ordenador se lo entregaron a una camarera en el segundo piso, y que no hay cámaras. Además les enseña un registro de entradas a su habitación con el que pretenden demostrar que de quién debe desconfiar era de su compañero de viaje.
Antes de que se lo retiraran de la vista, el compañero de Kyllönen logró hacerle una foto al registro de entradas, que convenientemente analizado, demuestra justo lo contrario que lo expuesto por el empleado de seguridad del hotel, que, o parece incapaz de leer sus propios registros, o les está mintiendo de nuevo.
Desesperado, Kyllönen da por hecho que nunca se va a solucionar el asunto cuando se encuentra con Ignat Liviu en el ascensor, al que le ha pasado exactamente lo mismo y le cuenta que su caso si que han grabado al sospechoso, un tipo muy delgado de 1,70m o 1,80m de altura. La teoría de que el culpable pudiera ser el compañero de habitación de Jens queda completamente descartada.
El hilo ha concitado una enorme atención y muchos jugadores conocidos y que han estado alojados en el Arts han hablado de sucesos similares, una buena parte para comentar que las llamadas a deshora fueron comunes en el Arts y otros, como Chanracy Khun, para decir que sus ordenadores también aparecieron con la contraseña crackeada. Muchos jugadores de renombre han mostrado su negativa a volver a viajar a Barcelona o al menos a alojarse en el Arts.
Hay que recordar que, por desgracia, el éxito y la magnitud del European Poker Tour no atrae solo a los mejores jugadores del mundo sino también a algunos otros personajes de bastante peor catadura. Este mismo problema con los ordenadores de los jugadores fue denunciado en pasadas ediciones, por ejemplo en San Remo, y es mucho más famoso aún el atraco al cajero del EPT Berlín en 2010.
Lo mejor para todos sería que aparecieran los culpables y que los jugadores se concienciaran de que durante un EPT se mueve mucho dinero y que ni la mejor seguridad, que en este caso no lo era, podría evitar que alguien intentara aprovecharse de la presencia del EPT en cualquier ciudad para sacar un beneficio ilegal.
Así que ya saben. Pies de plomo, señores, sobre todo con las cosas de comer.
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