El desastre de la regulación y las revisiones de Hacienda
Hace unos días publicábamos cómo la Agencia Tributaria corregía a uno de sus inspectores, el cual no había permitido a un jugador descontarse sus tickets de torneos en su declaración, argumentando que los mismos no se podían considerar pérdidas de juego.
Se trata de tan sólo uno más a la larga lista de problemas que los jugadores españoles se están encontrando en estos primeros años desde la regulación del juego. Una regulación que nació con el gran pretexto de proteger al jugador y dónde lo único que ha conseguido en ese aspecto es que el jugador se encuentre más desprotegido que nunca.
Analicemos en primer lugar cómo hemos llegado a esta situación.
El problema
Llevo unos minutos pensando de qué forma escribir este párrafo y la verdad es que es difícil pensar cómo se podrían haber hecho las cosas peor, y es que todo comienza de un despropósito tal como que Hacienda lanzara hace unos meses una campaña de notificaciones reclamando cantidades no declaradas a los jugadores, sin haber cruzado siquiera los datos de distintos operadores.
Veamos un ejemplo con un jugador ficticio, al que llamaremos Héroe. El Héroe de nuestra historia ganó 2.000€ en el operador A y perdió otros 2.000€ en el operador B, algo nada extraño por otra parte para cualquiera que conozca el funcionamiento del sector del juego online. Nuestro Héroe disfrutaba tranquilamente de su afición, como todos los días, cuando un día recibe una carta certificada de Hacienda reclamándole 2.000€ ganados y no declarados.
Y es aquí cuando nuestro Héroe, que no había declarado porque realmente no había tenido ninguna ganancia, entra en shock y comienza a buscar ayuda en los foros donde encuentra otros muchos casos similares al suyo.
Nuestro Héroe disfrutaba tranquilamente de su afición, como todos los días
El primer hándicap al que se tiene que enfrentar nuestro Héroe es identificar al operador en el cuál le están reclamando las ganancias. Y es que, la empresa que declara el pago en concepto de cantidades de juego de la notificación que le ha llegado no es ninguna marca comercial, sino el nombre de la empresa que solicitó la licencia y que en muchos casos no tiene nada que ver con el nombre de las salas donde ha jugado.
Cuando lo consigue, si tiene suerte, es posible que sus propios datos coincidan con los que el operador ha declarado, pero si no es así, tendrá que ponerse en contacto con el departamento de atención al cliente de la sala para conseguir un informe de su actividad de juego, un informe del cual debe haber salido la cantidad que le reclama Hacienda.
No sólo eso, sino que si además nuestro Héroe debe compensar pérdidas con otros operadores y para ello deberá contactar con todos, uno a uno, para obtener un informe similar. “No hay problema”, se dice a sí mismo, “esto no puede ser tan complicado”.
En este momento, a los operadores les empiezan a llegar los primeros requerimientos de información fiscal por parte de los jugadores. Y he aquí que los operadores descubren que esto es algo que nadie había previsto, y que en la Ley del Juego únicamente se establece la obligatoriedad de proporcionar un historial de juego al cliente.
“No hay problema”, se dice a sí mismo, “esto no puede ser tan complicado”
Nuestro Héroe, sin embargo, tiene un máximo de quince días solo prorrogables en casos muy determinados para recurrir la notificación de Hacienda, así que tras mucho insistir consigue que le envíen el primer informe. Lo abre raudo y veloz y descubre un archivo Excel de 2.000 líneas con todos sus movimientos. Vuelve a ponerse en contacto con el operador con un correo electrónico similar a éste.
Hola,
En realidad tan sólo necesito cuatro datos.
- Saldo a 1 de Enero
- Saldo a 31 de Diciembre
- Ingresos
- Retiradas
Gracias,
El responsable de atención al cliente lo pasa al departamento correspondiente y nuestro Héroe se queda esperando. En el devenir de los días, y tras mucho insistir, recibe el informe del segundo operador. En este caso le envían un archivo PDF exportado desde Excel con una única línea que indica el neto de lo ganado. Hay una diferencia de 500€ respecto a sus números, pero piensa: "Bueno, al menos no me han hecho calcularlo".
Una historia similar se da en los casinos físicos en los que nuestro Héroe jugó un par de torneos sin éxito, habiendo perdido 1.000€ en conjunto. El primero de los casinos le hace la famosa jugada de “patada hacia delante” y no le facilita el recibo del torneo que jugó. Con el segundo tiene más suerte y consigue que le envíe el justificante pertinente.
Pasan los días, se acerca el día de presentar el recurso, y nuestro Héroe no tiene más noticias ni del primer, ni del resto de operadores online a los que reclamó los datos para descontar pérdidas. Piensa que, al fin y al cabo, esto es mejor que nada, y se arma de valor para acudir a la inspección.
El inspector observa con atención los documentos que Héroe ha aportado.
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Copia impresa de un Excel de 2.000 líneas enviado por el operador A.
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Copia impresa del PDF de una línea enviado por el operador B.
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Copia impresa de un ticket de torneo de un casino físico cualquiera.
Una vez observados meticulosamente, levanta la vista y le comenta a nuestro Héroe.
Mira, es que esto ni siquiera lleva tu nombre. En el primero aparece un nombre de usuario que no puedo relacionar contigo y en el segundo ni siquiera eso. No vienen firmados ni sellados por las compañías, los podrías haber hecho tú en tu casa. No te los puedo aceptar. Y respecto al ticket de torneo, no lo puedo considerar una pérdida de juego porque el juego offline no se puede desgravar del online.
Ojiplático, nuestro Héroe no sabe ni qué decir. Lleva diez días peleando contra viento y marea para conseguir reunir unos documentos que deberían ser tan fáciles de obtener como pulsar un sencillo enlace. Unos documentos, que en primer lugar, ni siquiera debería haber tenido que reunir porque él no ganó dinero del juego en 2012.
Unos documentos que deberían ser tan fáciles de obtener como pulsar un sencillo enlace
Nuestro Héroe termina pagando a Hacienda una cantidad simbólica, con el firme convencimiento de que no volverá a jugar en su vida y, si lo hace, será en un sitio ilegal, donde por cierto, nunca tuvo ningún problema en el pasado cuando nadie pensaba que el juego online tuviese que regularse para “proteger al jugador”, y que visto lo visto, ya se cuida él de protegerse solito.
La solución
El principal culpable de esta situación es el Ministerio de Hacienda lanzando una campaña indiscriminada de regularización con datos incompletos (ganancias sin contar las pérdidas), dejando todo el peso de la prueba sobre jugadores que en muchos casos ni siquiera tenían la obligación de declarar por no haber ganado un euro.
En segundo lugar, es incomprensible que la regulación entrase en vigor sin tener definido un proceso cristalino sobre cómo los operadores deben ofrecer la información fiscal a los jugadores, dejando a éstos totalmente desprotegidos ante una situación como la que se ha dado.
Y por último, los operadores y casinos físicos, que en la mayoría de los casos no han sabido estar a la altura de lo que los jugadores les demandaban y necesitaban para cumplir con Hacienda.
De poco sirve quejarse ahora, pero hay que mirar al futuro y es urgente que la DGOJ defina ese procedimiento, que como hemos dicho antes es tan sencillo como proporcionar una plantilla base que todos los operadores deben facilitar a los jugadores cuatro datos básicos:
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Saldo a 1 de Enero
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Saldo a 31 de Diciembre
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Ingresos
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Retiradas
Esos datos deberían ser tan sencillos de obtener como sencillo es obtener la información fiscal de tu banco online. Un simple enlace en la página web del operador o en el propio software de poker. Y los datos deben venir con la información fiscal del usuario (nombre completo, DNI) y los de la empresa licenciataria.
Es urgente que la DGOJ defina ese procedimiento
Tal y como dice en la Ley del Juego, es obligación de la DGOJ (en sustitución de la nonata Comisión Nacional del Juego) “establecer los cauces apropiados para proporcionar al participante una información precisa y adecuada sobre las actividades de juego y procedimientos eficaces de reclamación”.
Queda patente que el procedimiento, si es que se le puede llamar tal, que debe seguir un jugador, ni es apropiado ni, desde luego, eficaz. Y esto es algo que debe ser solventado con urgencia.
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