El Atlantic Club le gana la partida a PokerStars

El juez ha determinado que la rescisión unilateral por parte del Atlantic Club del acuerdo de venta que ponía el casino de Nueva Jersey en manos de PokerStars se acoge a los términos del mismo y, por tanto, declara roto el compromiso.

Quedan sin efecto las medidas cautelares que impedían una nueva transacción que tuviera como moneda de cambio al Atlantic Club Casino y está por determinar si PokerStars debe hacer efectiva alguna cláusula de indemnización incluida en el contrato.

La posesión de un casino en Nueva Jersey es condición indispensable para recibir una licencia que permita ofrecer poker online en el estado.

Una vez alejado el fantasma de la cláusula de mala praxis que están incluyendo en sus leyes varios estados, PokerStars puso sus miras en el décimo casino del estado, si atendemos a la lista por ingresos.

El acuerdo incluía un plazo de tiempo máximo para que PokerStars consiguiera una licencia de juego provisional en el estado y cifraba la operación en unos 15 millones de dólares.

La directiva del casino solicitó la financiación de PokerStars para poder mantener el negocio en funcionamiento, y se calcula que el monto de los pagos al casino ha alcanzado ya los 11 millones de dólares.

La prórroga en la resolución para la concesión de la licencia a PokerStars, torpedeado por grupos afines a la industria del juego físico, superó los plazos indicados en el contrato y la directiva del Atlantic Club vio una puerta abierta para escapar del trato con los bolsillos llenos.  Si los responsables del Atlantic Club consiguen obligar al pago de 4 millones de dólares más como indemnización, PokerStars habría ejecutado el coste total de la operación para quedarse con las manos vacías.

La noticia de Pokerfuse (articulo por suscrición) recoge las declaraciones del responsable de comunicación del grupo de la isla de Man, Eric Hollreiser

Estamos revisando la sentecia. Seguimos comprometidos con el estado y con la idea de contribuir a su economía.

La única lectura que se puede sacar de estas escuetas frases es la misma que la que se podía intuir tras la primera noticia de la ruptura unilateral del contrato.

PokerStars seguirá buscando una vía para acceder al mercado de Nueva Jersey. Mientras, el Atlantic Club tendrá que buscar un nuevo comprador que, por culpa del aumento de popularidad conseguido por la publicidad que se le ha dado al caso, y a la inyección económica de la sala de la pica roja, tendrá que escuchar un precio bastante más elevado que el que iba a pagar PokerStars.